Tenía que ir, le gustaba mucho ir a conciertos, todos se reúnen a disfrutar de buena música, un gran momento de unidad, eso es lo que más disfrutaba Reyes, nuestro personaje principal. Una descripción bastante general para poder comenzar esta historia, Reyes es hombre, alto, moreno, con cabello un poco largo y muy buenos gustos musicales.
Desde que era niño le apasiona la música, solía jugar con los instrumentos de su papá y lo que empezó como un juego terminó convirtiéndose en una necesidad. Reyes sabe tocar muchos instrumentos entre ellos el bajo eléctrico, es su favorito, simplemente lo toca como si hubiera nacido para eso y es que así es, para eso nació Reyes, para tocar y asombrar a los demás con su talento.
Es como cualquier otro chavo de la preparatoria, solo que con un toque más rock and roll, camina por los pasillos con sus audífonos puestos todo el tiempo, por lo cual no nos sorprende que no escuche muy bien.
Reyes ansía a que sus bandas favoritas vengan a México, lo que nos lleva al inicio de esta historia, al parecer una de sus mil bandas favoritas decidió por fin pisar suelo mexicano y Reyes se acaba de enterar, el problema es que está ahorrando para una nueva guitarra, también ese día sus papás tienen junta en su trabajo y como si eso fuera poco el concierto es entre semana, Reyes tiene trabajo entre semana, pero como buen chico que es, por supuesto que se acabó todos su ahorros y no le avisó a sus papás o a su jefe que se iba a la capital.
Fue toda una travesía llegar, pero a lo único que sale con horas de anticipación es a los conciertos, por lo que incluso con el tráfico y el lento conductor de autobús llegó unas horas antes de que comenzara todo. Hizo mil amigos en la fila, terminó con más de veinte contactos nuevos en su teléfono y con otra gran experiencia en el baúl de los recuerdos.