DEEP

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Hacía el suficiente calor como para quitarse la chaqueta del disfraz del FBI cuando caminó por el puerto buscando al sheriff. Le enseñó las fotos que había estado haciendo de los símbolos que estaban repartidos por el pueblo en paredes, barcos y casas. Era una especie de emblema, parecía un pulpo o un monstruo marino. Era un círculo relleno, con tentáculos alrededor. El sheriff sonrió en un gorjeo explicándole una de las historias del pueblo.

-Verá, agente, nada de esto tiene relación con el caso. Estos símbolos forman parte de la historia de este pueblo. Son el emblema del fundador, Castiel Novak. La casa más vieja del pueblo es la mansión de la familia, y está repleta de estas cosas.

-¿Aún sigue en pie?

-¡Claro! Jimmy es el único descendiente de la familia que queda y él se encarga de que ahí siga, en perfecto estado, con el dinero de la herencia.

-Jimmy…-se quedó pensativo-. ¿Tiene idea de donde está?

-Pues ahora debe de estar en su tienda, si no anda ayudando al viejo en el museo.

-¿Su tienda? ¿Tiene una tienda?

-Sí, es un chico muy humilde en realidad. No le gusta llamar demasiado la atención. Viste de calle, trabaja como cualquier otro, ya digo que todo el dinero va a mantener la casa en buenas condiciones. Es muy concienzudo con la historia. Un buen chico. Lleva la librería de la calle mayor. Le puedo acercar, si quiere.

-No, iré yo mismo, sheriff, gracias.

-De nada, agente.

Dean pasó por el motel del pueblo a comer algo, cansado de buscar y no encontrar nada. No parecía haber ninguna relación con monstruos, fantasmas, ni brujas, ni maldiciones… Nada. Lo único que había podido encontrar que pareciese extraño eran aquellos símbolos y no resultó ser nada sobrenatural. Su instinto le decía que pasaba algo, pero le quedaba poco para rendirse. Decidió ir a ver a ese tal Jimmy solo por probar. Condujo el Impala por la calle mayor del pueblo hasta encontrar aparcamiento. Preguntó a una anciana que paseaba en qué dirección estaba la librería. Le indicó el camino y Dean le dio las gracias.

En la puerta del local colgaba un cartel con el mismo emblema. Abrió la puerta y buscó con la mirada el mostrador. Tras él estaba un chico poco mayor que él, vestido con una camiseta de manga corta que le estaba holgada y unos pantalones vaqueros. Nadie diría que era rico. Se acercó y mostró su placa.

-Buenos días, soy el agente…

-Smith, del FBI-le interrumpió el hombre de ojos azules hipnóticos y luego sonrió con timidez-. Disculpe, es que en este pueblo los rumores van con el aire.

-¿Qué rumores?-Preguntó interesado.

-Oh, ya sabe. Antes oí decir a un par de chicas que entraron que un chico guapo venía husmeando y… Bueno, dijeron su nombre. Perdón-le tendió la mano-. Me llamo Jimmy.

Dean aceptó el apretón de manos.

-Bueno, sabrá que investigo las desapariciones.

-¿Desapariciones? ¿En plural?-Jimmy frunció el ceño.

-Verá, mi prioridad es la chica que ha desaparecido esta semana. Pero tengo motivos para pensar que hay una relación con casos anteriores.

-Oh, sí…-caviló-. Recuerdo que cuando yo tenía solo quince años un turista desapareció aquí también… Pero eso fue hace mucho, ¿cómo puede estar relacionado?

Dean carraspeó ante la curiosidad insaciable de Jimmy.

-Las preguntas las hago yo.

-Lo siento, vuelvo a comportarme como un cotilla. Am… Dispare. Bueno, no literalmente-reía nervioso.

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⏰ Última actualización: Sep 03, 2019 ⏰

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