Hay tres leñadores...
Richard: ¿Y los han encontrado?
Christopher: No. Pero los buscan por todas partes.
Joel: Ya darán con ellos.
Christopher: ¡Shhh!
Joel: ¿Qué?
Christopher: Parece que se acercan por todos los caminos a la vez.
Richard: Cuando salga la luna los verán.
Christopher: Debían dejarlos.
Richard: El mundo es grande. Todos pueden vivir en él.Joel: Pero los matarán.
Christopher: Hay que seguir la inclinación; han hecho bien en huir.
Richard: Se estaban engañando uno a otro y al final la sangre pudo más.
Joel: ¡La sangre!
Richard: Hay que seguir el camino de la sangre.
Christopher: Pero sangre que ve la luz se la bebe la tierra.
Richard: ¿Y qué? Vale más ser muerto
desangrado que vivo con ella podrida.Joel: Silencio.
Richard: ¿Qué? ¿Oyes algo?
Joel: Oigo los grillos, las ranas, el acecho de la noche.
Richard: Pero el caballo no se siente.
Joel: No.
Richard: Ahora la estará queriendo.
Christopher: El cuerpo de ella era para él y el cuerpo de él para ella.
Joel: Los buscan y los matarán.
Richard: Pero ya habrán mezclado sus
sangres y serán como dos cántaros vacíos, como dos arroyos secos.Christopher: Hay muchas nubes y será fácil que la luna no salga.
Joel: El novio los encontrará con luna
o sin luna. Yo lo vi salir. Como una estrella furiosa. La cara color ceniza. Expresaba el sino de su casta.Richard: Su casta de muertos en mitad de la calle.
Christopher: ¡Eso es!
Joel: ¿Crees que ellos lograrán romper el cerco?
Christopher: Es difícil. Hay cuchillos y escopetas a diez leguas a la redonda.
Joel: Él lleva un buen caballo.
Christopher: Pero lleva una mujer.
Richard: Ya estamos cerca.
Christopher: Un árbol de cuarenta ramas. Lo cortaremos pronto.
Joel: Ahora sale la luna. Vamos a darnos prisa.
Por la izquierda surge una claridad.
Richard: ¡Ay luna que sales! Luna de las hojas grandes.
Christopher: ¡Llena de jazmines la sangre!
Richard: ¡Ay luna sola! ¡Luna de las verdes hojas!
Christopher: Plata en la cara de la novia.
Joel: ¡Ay luna mala! Deja para el amor la oscura rama.
Richard: ¡Ay triste luna! ¡Deja para el amor la rama oscura!
Salen. Por la claridad de la izquierda aparece la Luna. La Luna es un leñador joven con la cara blanca. La escena adquiera un vivo resplandor azul.
Luna: Cisne redondo en el río, ojo de las catedrales, alba fingida en las hojas soy; ¡no podrán escaparse ¿Quién se oculta? ¿Quién solloza por la maleza del valle? La luna deja un cuchillo abandonado en el aire, que siendo acecho de plomo quiere ser dolor de sangre. ¡Dejadme entrar! ¡Vengo helada por paredes y cristales!
¡Abrir tejados y pechos donde pueda calentarme! ¡Tengo frío! Mis cenizas
de soñolientos metales, buscan la cresta del fuego por los montes y las calles. Pero me lleva la nieve sobre, su espalda de jaspe, y me anega, dura y fría, el agua de los estanques. Pues esta noche tendrán mis mejillas roja sangre, y los juncos agrupados en los anchos pies del aire. ¡No haya sombra ni emboscada, que no puedan escaparse! ¡Que quiero entrar en un pecho para poder calentarme! ¡Un corazón para mí! ¡Caliente, que se derrame por los montes de mi pecho;
dejadme entrar, ¡ay, dejadme!A las ramas.
Luna: No quiero sombras. Mis rayos
han de entrar en todas partes, y haya en los troncos oscuros un rumor de claridades, para que esta noche tengan mis mejillas dulce sangre, y los juncos agrupados en los anchos pies del aire. ¿Quién se oculta? ¡Afuera digo! ¡No! ¡No podrán escaparse! Yo haré lucir al caballo una fiebre de diamante.Desaparece entre los troncos, y vuelve la escena a su luz oscura. Sale una anciana totalmente cubierta por tenues paños verdeoscuros. Lleva los pies descalzos. Apenas si se le verá el rostro entre los pliegues.
Mendiga: Esa luna se va y ellos se acercan. De aquí no pasan. El rumor del río apagará con el rumor de troncos el desgarrado vuelo de los gritos. Aquí ha de ser, y pronto. Estoy cansada. Abren los cofres, y los blancos hilos aguardan por el suelo de la alcoba cuerpos pesados con el cuello herido. No se despierte un pájaro y la brisa, recogiendo en su falda los gemidos, huya con ellos por las negras copas o los entierre por el blando limo.—Impaciente.—¡Esa luna, esa luna!
Aparece la Luna. Vuelve la luz azul intensa.
Luna: Ya se acercan. Unos por la cañada y otros por el río. Voy a alumbrar las piedras. ¿Qué necesitas?
Mendiga: Nada.
Luna:El aire va llegando duro, con doble filo.
Mendiga: Ilumina el chaleco y aparta los botones, que después las navajas ya saben el camino.
Luna: Pero que tarden mucho en morir. Que la sangre me ponga entre los dedos su delicado silbo. ¡Mira que ya mis valles de ceniza despiertan en ansia de esta fuente de chorro estremecido!
Mendiga: No dejemos que pasen el arroyo. ¡Silencio!
Luna: ¡Allí vienen!
Se va y queda la escena oscura.
Mendiga: De prisa. Mucha luz. ¿Me has oído? ¡No pueden escaparse!
Entran el Novio y mario, el primer mozo. La Mendiga se sienta y se tapa con el manto
Zabdiel: Por aquí.
Mario: No los encontrarás.
Zabdiel:—Enérgico—¡Sí, los encontraré!
Mario: Creo que se han ido por otra vereda.
Zabdiel: No. Yo sentí hace un momento el galope.
Mario: Sería otro caballo.
Zabdiel:—Dramático.—Oye. No hay más que un caballo en el mundo, y es éste. ¿Te has enterado? Si me sigues, sígueme sin hablar.
Mario: Es que quisiera...
Zabdiel: Calla. Estoy seguro de encontrarmelos aquí. ¿Ves este brazo? Pues no es mí brazo. Es el brazo de mí hermano y el de mí padre y el de toda mí familia que está muerta. Y tiene tanto poderío, que puede arrancar este árbol de raíz si quiere. Y vamos pronto, que siento los dientes de todos los míos clavados aquí de una manera que se me hace imposible respirar tranquilo.
Mendiga:—Quejándose.—¡Ay!
Mario: ¿Has oído?
Zabdiel: Vete por ahí y da la vuelta.
Mario: Esto es una caza.
Zabdiel: Una caza. La más grande que se puede hacer.
ESTÁS LEYENDO
Bodas De Sangre [CNCO Y Tú]
Fanfiction¿Que pasaría si te estas por casar con tu novio, pero muy en el fondo seguís enamorada de tu ex novio de la adolescencia? [Historia Terminada]