Darse cuenta

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Ya habían pasado 6 años desde que Shouta "recibió" a Lucoa una Ex-diosa dispuesta a ser su esclava al ser invocada por este pequeño hechicero, al principio Shouta veía a lucoa como alguien molesto y de cierta forma un estorbo, o eso pensaba hasta llegar a los 18 años

A partir de los 15 Shouta veía de otra manera a Lucoa, ya no la veía como esa súcubo que le era inoportuna, la veía ahora como una confidente, como alguien a quien confiarle todo, una mujer fiel radiante y siempre serena, además de ahora notar bien lo que tanto la caracterizaba

Aunque no era necesario ya que con solo pedirlo Lucoa se desnudaría, Shouta ya fuera en su cuarto, en la sala o en cualquier lugar de su casa donde pudiera mirar a Lucoa lo hacía admiraba sus características ese bello rostro digno de una diosa, aquel cabello con  un curioso cambio de colores al final, esos ojos tan únicos y con colores exóticos junto a esa gracia innata de Lucoa

Además, cuando Lucoa estaba de pie o cocinando algo para Shouta, el joven hechicero se centraba ahora en las voluptuosas piernas de la Ex-diosa , muslos gruesos recubiertos casi por finas medias negras, su gran trasero que sobresalía de ese short que casi siempre usaba y que hacía resaltar los glúteos de la Ex-deidad, el abdomen plano recubierto por su clásica playera negra de tirantes y por último los exuberantes pechos de Lucoa que eran su mayor atributo, esos mismos que antes incomodaban al joven de pelo morado ahora eran algo a lo cual no le podía quitar los ojos

Lucoa se había dado cuenta de que su pequeño amo estaba ahora más interesado en su cuerpo, aún así no hizo muchos movimientos, de vez en cuando no formaba con sus escamas un sostén que sujetara sus grandes pechos dejándolos libres por debajo de su camisa, algo que Shouta notaba y que le causaba una erección.

Además de eso, La Ex-Deidad dormía siempre con su amo, cuando Shouta estaba completamente dormido Lucoa lo jalaba y lo acomodaba entre sus pechos, casi sirviéndole de almohada, involuntariamente el joven hechicero solo se acomodaba entre los senos de Lucoa y la abrazaba. Fue una noche en la que Shouta despierto decidió voltear su cara dejándola dentro de los senos de Lucoa.

Shouta ya con 18 años estaba dispuestos perder la virginidad con una mujer casi perfecta hablando físicamente, pero para ello planearía como le gustaría perderla.

A tus órdenes Shouta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora