Capítulo 64.

152 5 0
                                    

Él tuvo muchas ganas de arrodillarse a lado, hundir su cabeza en el hueco de su estómago y contarle todos sus problemas. Ella lo escucharía. Lo entendería, pero luego comenzaría a hablar otra vez de olvidar el pasado, de perdonar. Así que decidió quedarse de pie, reacio a perderse en ella todavía.
- Ryan, — dijo ella, abriéndole los brazos.
Su atractivo resultó ser demasiado embriagador. Él se acercó y cayó de rodillas, ahuecado su cara entre sus manos.
- Cuando esto termine, ángel, tendrás que decirme si quieres comenzar una nueva vida conmigo.
- Sí quiero. — Sus sensuales labios se curvaron en una brillante sonrisa —. Realmente, realmente lo quiero.
Aquellas palabras provocaron que algo cobrara vida en su interior, algo que no pudo darle nombre.
- Necesito sólo unos días más, luego te doy mi juramento de sangre de que estaremos juntos.
El brillo de sus ojos se oscureció.
- ¿Por qué no puedes olvidarte simplemente de Justin? Por favor, Ryan. Olvídate de él y piensa en mí. En nosotros.
- ¿No lo ves? — Con todo su ser, él le suplicó que lo entendiera.
- Si abandono ahora, nunca seré capaz de darme a ti por completo. Una parte de mí siempre pertenecerá a Justin.
- ¿Pero y si fallas? — susurró ella, su expresión una mezcla de dolor y deseo.
Sus dientes se apretaron con tanta fuerza que él temió que su mandíbula se rompiera.
- No fallaré otra vez. _____ podrá haberse escapado, pero no lo hará la próxima vez.
Heather soltó un agudo jadeo. Sus dedos agarraron la tela de su manta hasta sus que sus nudillos se volvieron blancos y frágiles.
- ¿Intentaste matar a ____? ¿Por qué? No me dijiste nada de esto.
- Tanto ella como Justin deben sufrir. Es el único camino.
- No, eso no es verdad.
Mirándola, Ryan se alejó unos pasos.
- ¿Por qué esta histeria? Tú la odias tanto como yo.
- Nunca quise verla herida. Ella ha sido buena con mi madre y conmigo.
- Buena o no, ella es la amante de Justin y eso la convierte en mi enemiga. También en la tuya.
Pequeños temblores atravesaron el pequeño cuerpo de Heather. ¿De frío? ¿De decepción? ¿La perdía él ya?
- Tenías razón cuando me dijiste que no sabía quién eras, — le dijo ella suavemente —. No lo sé. No entiendo cómo puedes hacerme sentir tan caliente por dentro, y aún así hablar tan cruelmente de asesinatos. — Ella lo miró a través de sus húmedas pestañas.
- ¿Cómo puedes ser tan cruel?
- ¿Cómo puedo ser tan cruel? — Frunciendo el ceño, él apretó los puños —. Soy tan cruel porque no hay nada dentro de mí excepto odio. Nada.
- Eso es mentira, Ryan. — Ella miró más allá de él, más allá de la ventana —. Tú me devolviste mis sueños. Y si me lo permites, haré todo lo que esté en mi mano para devolverte los tuyos.
Ryan quería creerla desesperadamente. Creer que podrían vivir felices de una vez por todas y olvidar el pasado. ¿Pero cómo podía alejar de su corazón el dolorosos y afilado agarre de los dedos del pasado, si no destruía primero la mano que lo oprimía?
En ese instante, la madre de Heather empujó la puerta y se abalanzó dentro.
- Heather, — jadeó ella —, no creerás... — Sus ojos se fijaron en Ryan, que enseguida desapareció, y ella volvió a caer al suelo, desmayada.
Heather se agachó junto a su madre y la colocó entre sus brazos, murmurando suaves palabras de preocupación, olvidándose de todo excepto de Ryan.
Él se materializó justo delante de ellas.
- No mataré a ____, si tú no quieres.
Heather alzó la cabeza y lo miró en silencio, con esperanza.
- Pero debo usarla para destruir a Justin.
- ¡Ryan!
Con una ondulación de su mano, él desapareció una vez más. El recuerdo de su expresión herida, como la de una mujer traicionada, tardó mucho tiempo en borrarse de su memoria.
Justin llevaba dormido dos días. De hecho, desde que se había desmayado, no se había movido. Ni siquiera había gemido, no había pronunciado ni un solo sonido y tal calma asustaba muchísimo a ____.
En todo momento ella había vigilado su sueño. Había conseguido que tragara un poco de agua, lo había lavado y, de algún modo, había logrado cambiarlo de ropa. Pero no había sido capaz de moverlo. Todavía estaba tumbado en el duro suelo del Victorian. ¡Maldita sea! Necesitaba alguna señal de que él estaba vivo y bien. Muchas veces, había cogido el móvil y casi había marcado el 911. ¿Pero qué le diría a los paramédicos? ¿Qué su extraterrestre estaba enfermo? No tenía ni idea de cómo estaría formado Justin en su interior. ¡Su corazón bien podría localizarse en el culo! ¿Qué sabía ella?
Tal vez debería llamar a su hermano, Brian. Él volaría hasta aquí y examinaría a Justin; pero también exigiría respuestas que ella no podía darle. ____ se frotó las sienes. Un día más. Le daría un día más a Justin antes de la llamar en busca de ayuda.
Como hacía siempre que estaba a su alrededor, su mirada buscó a Justin. Ahora, más que ninguna otra vez, su cuerpo le pareció el de un hombre duro, cauto.
Determinada a despertarle sea como sea, caminó a zancadas hacía la cocina, cogió una jarra y la llenó de agua en el fregadero. Segundos más tarde, estaba de pie a su lado y dispuesta a arrojarle todo su contenido en la cara.
Él se despertó solo.
- ____, — dijo, sonriendo lentamente como si no la hubiera quitado diez años de vida por el susto.
- Oh, Dios mío. — Sus rodillas flaquearon y ella casi se derrumbó —. Bienvenido de vuelta, Justin. Bienvenido. — Ella se quedó de pie, clavada en el sitio, simplemente mirándolo, deleitándose de masculina belleza. A cada segundo que pasaba, él parecía más y más fuerte, más sano. El color volvía, rápidamente a sus mejillas.
Ellos, simplemente, se miraron el uno al otro.
Finalmente, ella dijo,
- No vuelvas a hacerme esto otra vez. Casi me matas del susto, — casi ahogándose con la fuerza de su alivio.
Cada pulgada de su cuerpo estaba marcado por las cicatrices, prueba de la difícil vida que había llevado. Aunque, algunas veces, él era muy sensible y dulce con ella. ____ jugó con los mechones de su pelo, rodando los hilos de medianoche entre sus dedos.
Los latidos de su corazón resonaban en la quietud del cuarto.
Ella no estaba exactamente segura de lo que había pasado. Recordaba la caída a través de la madera, luego despertarse con Justin acunando su cabeza en su regazo, con los ojos oscurecidos por el miedo.
_____ sabía que se había caído. El profundo agujero en el techo de la sala de estar era una prueba más que suficiente. Pero debería de haberse hecho mucho más daño... ¡incluso haberse desangrado sobre la madera! Señor, los puntiagudos trozos de madera la habían apuñalado, cortado y clavado en su carne. Una caída así, unido a que la madera parecía una afilada hoja, debería haberla mutilado... incluso matado. Pero no tenía ni una contusión o corte. Su trasero estaba un poco dolorido, pero ése era el único daño.
Justin debía de haber usado la magia para curarla.
Era por eso que Frances había escapado como si la persiguiera hacienda.
Todo tenía sentido. Todo excepto el continuo sueño de Justin.
Pasó otra hora, y él continuó igual. _____ deslizó la punta de su dedo sobre sus pómulos, a lo largo de su mandíbula. Un suave y casi imperceptible gemido escapó de sus labios.
La esperanza explotó en su interior.

Estatua ~Justin Bieber y tú~ [TERMINADA]  By: JavieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora