SANTIAGO.
PROLOGO
Antes de que puedan tratar de superarme, sé que nadie lo lograra. Me dije en una de las carreras mas importantes de la noche.
Mientras le daba más potencia a la moto, me arriesgue a pasar por una curva que nadie podía maniobrar fácilmente. Al dejar atrás la curva, avance y termine, pase la meta de llegada proclamándome en el primer lugar. Nadie podía siquiera ganarme en competencia de motos y menos principiantes como todos los que participaban esta noche.
Me bajé de la moto y dos lindas rubias me estaban esperando para darme mi trofeo, lo recibí y me sentí como el supremo, el mejor, el máximo. Nada como sentirme así.
Alguien anuncio mi nombre.
– Santiago Ricorteri, suba para recibir su medalla y el gran premio de la noche además del trofeo. - dijo una voz masculina.
Al subir me dieron un cheque con muchos ceros, una medalla y con el trofeo en manos, esta noche no podía ser mejor para mí, para Santiago Ricorteri. Un chico con poder y con todo lo que quiere, no me faltaba nada.
Cuando baje me estaban esperando algunos amigos y mi primo Jhon, el que nunca me abandonaba. – ¿Que paso campeón, preparado para celebrar? quieres celebrar no? – dijo Jhon con cara de alegría, mientras terminaba de fumarse un cigarro.
– Si primo, vamos a celebrar, a gastar el dinero en mujeres y bebidas. – Lo estaba convenciendo de hacer planes más alocados.
– Te puedo acompañar, pero esta noche no me acostare con ninguna mujer, ya sabes que lo mío con Anastasia va en serio. – seguía con su tontería de tener una relación seria, yo a veces trataba de no ser una mala influencia. Pero era imposible, con tantas bellezas alrededor y tanta juventud por delante para disfrutar.
Ya hacia como tres semanas que estaba saliendo con esta chica. La verdad es que no me molestaba, mi primo no tenía malos gustos para nada. Pero si me fastidiaba un poco cuando se trataba de salir. El de verdad se estaba entregando completamente a la relación.
– Que bueno, pero sabes que la seriedad no va conmigo, ni la cursilería, así que, si decides volver a ser como antes, estaré aquí. – le dije, sacando otra vez el tema de que una relación seria, era una locura.
– Deberías intentar Santiago. – con algo de seriedad en su voz, tratando de insistir en algo que no tenía sentido para mí, era una completa estupidez, pensé.
– No, sabes que eso no es lo mío, ya lo intenté. – lo había intentado de verdad, pero esa vez fue un fracaso rotundo. No me arriesgaría de nuevo a perder la cabeza por una chica. – Lo mío son las mujeres y el dinero, no una sola mujer, sino varias
Con mi mejor sonrisa en la cara le dije. –Vamos, solo déjate llevar primo.
– Bueno, el día que te enamores de verdad, no dirás lo mismo.
–Tú de verdad, me acabas de hacer un chiste primo. Por ahora o tal vez por siempre estaré así. Dejemos el tema hasta aquí y vamos a celebrar. – poniéndole punto final a este tema tan absurdo.
Caminamos y me estaba esperando mi guardaespaldas, Albert. Quien me abrió la puerta muy gentilmente. Era una tontería que tuviera un guardaespaldas, pero eran órdenes de mi madre que siempre quería protegerme. Ella a veces exageraba muchas cosas, una de esas cosas era mi seguridad.
Me monte en el super carro, otra cosa que me identificaba como el chico que era. Mi familia tenía poder, otro punto para mí, porque a las chicas de hoy en día lo que buscaban era un hombre a quien quitarle el dinero y aprovecharse de su gran posición social. Solo que nunca me tendrían, como ellas de verdad querían. Nada más estaba con ellas una noche, después a la mañana siguiente me olvidaba de su nombre, era como si nada fuera pasado. Cuando me recordaba de esos momentos no podía evitar sonreír de oreja a oreja, tal vez era un "rompecorazones" un "patán," pero tampoco era tan malo como todos lo veían.
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Aléjate o déjate llevar
Ficção AdolescenteLara y Santiago, muy diferentes pero al mismo tiempo tan iguales, con las mismas ganas de comerse al mundo. Lara es una chica fuera de lo común, desde su aspecto hasta su personalidad ruda y fuerte, chocara con Santiago al demostrar de verdad que un...