Inicio del verano...
Hace calor, no más de lo que hace adentro. Sigo aturdida por la música que aun retumba en mis oídos. Me siento mareada. No debí tomar tanto... ¿cómo era?...ah sí whisky. Oriana y Dimitri siguen dentro. Hace calor, mucho calor. El aire que sopla es caliente pero aun así es refrescante.
Aun puedo escuchar la música <<tal vez debería regresar>> la música me tienta. Camino pero no estoy segura de a qué dirección estoy caminando, ya no escucho la música creo que se acabo. La noche es hermosa, puedo alcanzar a ver las estrellas.
Escucho algo. Es una persona que está igual de ebria que yo, no puedo evitar reírme de sus tropezones que da y todo lo que golpea a su paso. Camino aunque no se a donde voy y me siento mareada, estoy a punto de vomitar e intento no hacerlo. Se escucha como cae algo, no soy yo aun sigo de pie pero no por mucho, tengo mucho sueño y lo único que quiero es dormir.
El mismo ruido, volteo, creo que es la misma persona que esta ebria. Esta tirada <<pobre>>. No estoy segura a donde voy pero creo que ya encontré el camino de vuelta. Se escucha otro golpe, hay una tercera persona que apenas puede estar de pie. Me siento orgullosa de estar en mejores condiciones. Me rió, muy muy fuerte.
Camino viendo el suelo por donde piso, en el momento en que alzo la vista siento como mi espalda choca contra el piso. No me da tiempo mirar que fue lo que paso cuando siento que me sujetan del cuello levantándome y aventándome contra la pared. El miedo me invade, intento ponerme de pie pero mi hombro y mi espalda me duelen. Corro lo más rápido que puedo, no se a que dirección pero corro, solo quiero irme de ahí. Doy vuelta en la esquina y volteo, no hay nade. Estoy fría y templando.
Todo está en absoluto silencio, espero y nada llega. Intento caminar buscando el camino de regreso. Escucho la música está cerca, me siento muy aliviada de que el percance o lo que sea sucedido ya haya pasado. Doy un paso apenas y siento una mano en mi cuello ahorcándome. Intento gritar pero no puedo, casi no puedo respirar y el miedo nuevamente me invade, lo único que puedo hacer es llorar e intentar respirar. No se cuento tiempo pasa cuando mi cuerpo es brutalmente azotado contra la pared.
Intento salir de ahí como dé lugar pero me duele todo incluso respirar. Todo está obscuro y no puedo distinguir casi nada más que las estrellas brillando a lo lejos en el cielo. Lo único que puedo hacer es esperar el siguiente golpe, tal vez el próximo golpe terminara rompiendo mi columna vertebral o por lo menos es lo que yo creo. Pero no, este golpe es mucho más doloroso que los anteriores, el peor dolor que he sentido en mi vida.
Siento como algo caliente escurre por mi pecho, es viscosa y caliente, mi sangre. Tengo una mano en mi pecho, me asusto más pero ni siquiera respiro, tengo miedo de que cualquier movimiento que haga pueda provocar dolor, cierro los ojos no quiero mirar, tengo miedo a lo que voy a encontrar.
De repente siento un liquido introduciéndose en mi, para ser más exacta en mi corazón, se siente como si me inyectaran agua hirviendo y pesada, siento como se extiende por mis venas, no lo soporto quiero que pare, solo quiero que pare.
-Por favor...-suplico- por favor para...
Es lo que logro decir antes de desmayarme.
Abro los ojos, no hay nadie. Intento pararme y el dolor llega inmediatamente pero no puedo quedarme aquí más tiempo. Me levanto e instantáneamente me llevo mi mano a mi pecho, ya no sangra pero sigue abierta, caliente y... viscosa. Intento como dé lugar salir de ahí.
Encuentro el camino de regreso al lugar del que no debí salir. Veo a Oriana y a Dimitri, seguro han de estar buscándome, los llamo, no sé si me escucharon o si pude emitir un sonido pero no voltean. Todo me da vueltas pero no es el alcohol, es mi corazón.