Hace muchos años, cuando un terrible incendio destruyo las cosechas de muchas granjas, recuerdo haber visto ira y tristeza en el rostro de las personas... Maldecían al mundo, a las plantas y al sol; pero nuestra madre, a sabiendas de que tenía seis niños a quienes cuidar obvio por completo todos esos sentimientos y volvió a la tierra, muy pocas granjas lograron cosechar alimento para el invierno ese año... Años después ella nos reveló que más que una acción de supervivencia, se trató de una lección para nosotros... Como cada problema tenía una solución, si la buscábamos con inteligencia y calma.
Pero en aquellos momentos, al ver a los hermanos Stephen bajar de su carruaje, no pude evitar pensar que ellos eran un problema incluso más grande que un incendio.
Ninguno de mis hermanos estaba contento con la presencia de todos los hermanos allí, la mitad siquiera toleraba la presencia de Andrew y por fortuna a todos parecía agradarles Aiden... Pero Abraham era otro tema. Incluso Elizabeth parecía arrepentida de su imprudencia, pues no había dicho ni una sola palabra desde el caótico desayuno que tuvimos. Eleonor había desaparecido antes de siquiera poder enterarse del tal desastre, por lo que estaba sola cuidando de todos mis hermanos ante la serpiente Abraham.
— Bienvenidos. — Saludé por cortesía; sin embargo, fui incapaz de observarles.
Aiden aligeró un poco la tensión del momento, y con una sonrisa amigable fue el primero en acercarse a nosotros, su abrazo me tomó desprevenida y supe que no había vuelta atrás... Al menos por los pequeños debía aparentar una sonrisa.
Y así emprendimos un incómodo camino por el campo, los menores parecían contentos y charlaban con Aiden mientras llevaban las cosas que usaríamos; tenía decidido que el almuerzo seria al aire libre, pues no permitiría que la serpiente entrara a nuestra casa. Jane, Harry y Jacob se habían convertido en nuestros guardaespaldas silenciosos, Jane protegía a los mellizos, Jacob a Rose y Harry cuidaba de que Elizabeth no callera en el camino. Mis hermanos permanecían cercanos a mí, quizás previniendo que los Stephen pudiesen hacerme algo o a la pequeña Lila que descansaba en mis brazos.
— Ciertamente, tienen las mejores tierras del pueblo. — Alabó Abraham captando la atención de todos.
— Hemos trabajado duro por ellas. — Respondí sin siquiera mirarle. Realmente esperaba que aquel hombre con ínfulas de grandeza se hartase de caminar, del ambiente caluroso y de nuestras conversaciones banales, o al menos entendiese sin palabras el que no era bienvenido y debía marcharse por su propio pie.
Para mayor tensión, Andrew permanecía en completo silencio, ni siquiera elevaba la cabeza del suelo... Parecía perdido en sus propios pensamientos e incluso llegué a pesar de que no recordaba nada lo sucedido entre nosotros.
— Gracias por invitarnos, señorita Elizabeth. — Comentó entonces logrando que mi mandíbula se tensara. — Fue muy amable de su parte.
— Uh... De nada. — Susurró mi hermana tan bajito que apenas alcanzamos a oírla, la pobre ya había recibido suficientes quejas sobre su actuar. — Solo pensé que una reunión pacifica podría eliminar todos los perjuicios que haya entre nuestras familias.
— ¡Qué casualidad! Eso era justo a lo que me refería
— No sé a qué te refieres Elizabeth, nosotros no tenemos perjuicio alguno. — Espetó Harry disimulando su enorme molestia porque los Stephen estuviesen allí.
Por fortuna llegamos al lugar que usualmente usábamos para comer cuando queríamos cambiar de aires, antes de que alguno pudiese decir o hacer algo de lo que terminásemos arrepintiéndonos. Mis hermanos se encargaron entonces de desplegar mantas sobre el suelo, sacar juguetes y comida para todos. Aiden no tardó en integrarse a mis hermanos, pero los otros dos parecían incluso haberse mimetizado con el paisaje. Observé de reojo como Abraham se sentaba sobre las mantas, su cara de repulsión rápidamente fue sustituida por una sonrisa forzada al notar que le miraba... Se estaba obligando a estar allí, era más que obvio... Pero ¿Por qué? ¿Qué ganaba con intentar acercarse a nosotros? Ya le había rechazado y no pensaba cambiar de opinión.
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Jeune fille indomptable
RomancePudo pasarle a cualquiera, pero no. Esa gran tragedia le cambio la vida para siempre a ella... Ahora Naomi deberá ocuparse de toda su familia, deberá protegerlos de la maldad de otros. Tal vez se pierda a si misma. O Tal vez encuentre una luz en m...