Saber que a la mañana siguiente tendrían que ir a comisaría a poner una denuncia, no le provocaba ningún tipo de consuelo. Con un bufido largo y pesado, Wei Ying se tiró sobre su cama ante la penetrante mirada de Lan Zhan. Eran las cuatro de la madrugada, pronto amanecería. Aquella vez había destrozado los horarios de media familia Lan, pero no lo hizo queriendo. En la habitación de su hermano, Jiang Cheng y Lan XiChen acababan de irse a dormir, a ver si podían descansar al menos unas horas. Supuestamente, ellos iban a hacer lo mismo. La tila que el mayor de los hermanos Lan le preparó para que se calmase no había logrado tranquilizarlo del todo. Sí había hecho su trabajo, ya no temblaba y ya no le escocían los ojos con lágrimas reprimidas —porque se negaba a llorar, se estuvo conteniendo todo el camino a casa, en parte por el impacto y en parte porque ya bastante dañado estaba su orgullo—, sin embargo, se sentía despierto, frustrado y enfadado. Y ocultaba todo eso detrás de una sonrisa amenazaba con romperle bajo el peso de toda aquella desastrosa noche. Pero no quería mostrarle su debilidad a Lan WangJi, no, no más veces. Ya le había salvado, le había oído chillar su nombre como un niño asustado y le había visto en pleno estado de shock por segunda vez. No más, por favor. No quería seguirle mostrando esa faceta tan patética.
-¿Estás bien, Wei Ying?
Si Lan Zhan empezaba una conversación por su cuenta, eso solo podía significar una cosa: estaba muy preocupado. Muchísimo. A ver, normal. Cualquiera estaría preocupado cuando te llaman para advertirte de que tu novio está en peligro de ser abusado un viernes noche a las dos de la madrugada.
-Tranquilo, Lan Zhan, estoy mejor. De hecho, ya estoy perfectamente. -Forzando una sonrisa falsísima a todas luces, el estudiante de biomédica se incorporó en la cama. Su pareja frunció el ceño momentáneamente. No estaba convencido, pero es que no engañaba a nadie. Se habían pasado una hora entera en el sofá con Jiang Cheng abrazándole para que dejase de temblar, y el solo pensar en Jiang Cheng abrazando a alguien ya conforma una escena preocupante-. Gracias a los tres se me ha pasado por completo, te lo aseguro.
-¿De verdad?
-Lan Zhan.
-Perdona. -Musitó, sentándose a su lado en la cama. Con suavidad infinita, como si temiese que Wei Ying fuese una porcelana agrietada próxima a la ruptura le acarició la mejilla-. ¿Te hizo daño?
-No. Llegasteis a tiempo, no me hizo nada. Bueno, casi nada. Pero podría haber sido mucho peor. Aunque todavía tengo ganas de vomitar de solo pensarlo.
-Puedo acompañarte al baño si necesitas...
-¡No, no, no! Has hecho suficiente por una noche y por tres vidas, Lan Zhan. Incluso si es lo que cualquier novio haría, ahora ya estoy bien otra vez.
-¿Me lo prometes?
Sin atreverse a mentir de una forma tan descarada, Wei WuXian permitió que su sonrisa se tornase amarga antes de besarle con suavidad. Se dejó abrazar, se dejó envolver por el aroma a sándalo del de letras y por el ambientador a loto de su cuarto, intentando así olvidar la peste a alcohol que parecía grabada a fuego en su pituitaria. Por supuesto, la respuesta que pretendía comunicar con ese beso era un engaño, aunque no tanto dirigido al Lan WangJi como a sí mismo. Quería creer que estaba bien, incluso aun cuando sabía que no era así. ¿Que se sobrepondría? Sí, por supuesto. Aquel incidente apenas le dejaría secuelas, tenía la fuerza suficiente como para hacerle frente. ¿Pero que aquella noche solo deseaba llorar? Eso también era una verdad inmensa.
¿Se lo permitió?
No.
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Kissing [WangXian] [Mo Dao Zu Shi fanfic]
FanficA veces los abrazos se quedan cortos. Los besos también suelen, por eso a Wei WuXian le gustaba tantísimo pasar a palabras mayores, pero los besos es verdad que suelen ser capaces de dar una mejor definición del estado de una relación. ¿Eran amigos...