Chuck había llegado con una solución, un arma capaz de matar a Jack y terminar con esta situación de una vez por todas, estaba cansado de buscar una alternativa, cansado de fallarle a las personas de mi alrededor, cansado de fallarle al ángel que se iba alejando de mi y con el llevándose una parte de mi maltrecho corazón.
Sabía que Cas no estaba de acuerdo con esto, pero no teniamos otra manera, sabía que Cas amaba a Jack como si de su propio hijo se tratara, lo sabía porque yo sentía lo mismo, no negare que al principio no lo toleraba, lo culpaba de la muerte de Cas, pero él me lo regresó y se fue ganando mi corazón, con cada acto, con cada palabra e inocente sonrisa que daba, lo amaba, lo amaba como a un hijo, lo amaba como si fuera mío.
Había dos partes de mi que luchaban, la parte paternal que se preguntaba cómo sería capaz de matar a mi propio hijo y luego estaba la parte racional, Jack ya no tenía alma, no había manera de regresarsela, le habíamos mentido, Sam y yo, estaba dolido por la muerte de mamá, le mentimos y ahora ya no confiaba en nosotros, ya no confiaba en mi.
Me aleje de la sala del búnker hacia mi habitación, si seguía ahí, bajo la mirada de Chuck que me presionaba, la mirada decepcionada de mi hermano y la ausencia de mi ángel, me iba a romper.
Estaba tan perdido en mis pensamientos, en mi lucha interna entre hacer lo correcto y lo que en realidad sentía mi corazón, que no me percate de que Sam venía tras de mí.
-Dean, tenemos que hablar.
-No hay nada de qué hablar Sam.
-Por supuesto que lo hay Dean, mírame -me voltee hacia mi hermano, podía ver el dolor en su mirada -No lo harás Dean, no puedes, es como nuestro hijo.
-No necesitas venir a decirme eso ¿Okay Sam? ¿No crees que ya tengo suficiente, no crees que ya lo he pensado? -exploté -¡Por Dios santo sé que es mi hijo! Y lo amo tanto como tú, pero no podemos arriesgarnos a otro apocalipsis, el niño ya no tiene alma...
-Lo arreglaremos Dean, siempre lo hacemos, encontraremos la manera.
-No podemos Sam, Dios... Chuck está aquí, y si nos dió un arma para terminar con ello, eso quiere decir que no hay otra opción, Sam, ya no puedo fallar.
-Le estás fallando a él, le estás fallando a Cas, me estás fallando a mi Dean, ¿Porque carajos no lo entiendes? -sus palabras tocaron fondo, quizás tenía razón, quizá no habíamos explorado todas las posibilidades, quizá podríamos recuperar a Jack.-Fui un imbécil, por dejarme convencer de tu estúpido plan de encerrarlo en la caja, lo empeoramos todo, rompimos la confianza que nos tenía, le prometimos ayudarlo y estamos haciendo todo lo contrario, lo estamos abandonando.- su mirada triste me perforó, negó lentamente y salió de mi habitación, dejándome solo, solo con mis pensamientos.No sé cuanto tiempo estuve sentando al filo de mi cama, viendo hacia la nada y pensando en todos los recuerdos que tenía con Jack, cuando aprendió a conducir, su primera hamburguesa, las tardes libres donde le enseñaba de buena música, las salidas a comer pie, sus sonrisas, entrenamientos, todo. Pensaba en todo, en si haría lo correcto.
-¿Dean? - Chuck entró en mi campo de visión - Se hace tarde, es hora de que tomes una decisión - dijo, puso el arma a mi lado junto con una nota - Y espero que sea la correcta.- lo observé alejándose y suspiré. Había tomado una decisión, y yo también esperaba que fuera la correcta.Iba en el Impala a toda velocidad hacia la dirección que le había indicado Chuck que se encontraría Jack, era lo que había escrito en la nota que se encontraba en el asiento del copiloto junto a la reluciente arma que cambiaría mi vida y la de mi familia.
Llegué al lugar, era un cementerio, todo se encontraba casi en silencio, solo escuchaba el sonido del viento al chocar con los árboles y las hojas ser arrastradas por el mismo, lo único que veía era las tumbas, filas de ellas y grises estatuas.
Me bajé del auto y tomé el arma, me encaminé hacia donde sabía que estaria Jack, lo vi en la distancia, pero no se encontraba solo, Cas estaba con el, mi corazón latía más rápido al ver a mi ángel, pero la mirada triste en su rostro, me rompía
-¿Qué haces Dean? ¿Cómo nos encontraste? - preguntó Cas poniendose frente a Jack quien sólo me miro. No respondí nada, caminé más hacia ellos para acercarme, vi a ambos tensarse y me detuve por un momento.
-Cas, yo...
-¿Cómo nos encontraste Dean? -repitió el.
-Chuck me dijo -suspiré -Lo siento. -mire a Cas y después a Jack.
-Alejate Dean
-Cas, por favor, escúchame.
-El no tiene nada que escucharte, ¡tú te lo quieres llevar, me lo quieres quitar, me quieres quitar a mi papá! -interrumpió Jack.
-Por supuesto que no Jack
-¡No me mientas! Ya no me mientas más, vienes a matarme, pero antes quieres quitarme a Cas, a la única persona que le importo, la única que me quiere.
-No digas eso -mi corazón sufría al escuchar las palabras de mi hijo -Nosotros también te amamos
-Ustedes me mintieron
-Por eso estoy aquí, para pedirte perdón, lo he pensado mucho, tenía miedo de otro apocalipsis, pero temo más perderte Jack, eres mi hijo. Lo sé te falle y es algo que nunca me perdonaré, le falle a tu padre -mire a Cas -Perdóname, por todo, por cuánto te he lastimado, por no querer aceptar mis sentimientos, por ocultar nuestra relación por tantos años, por no darte lo que te merece.
-Me dijiste que estaba muerto para ti Dean y no solo es eso, me has lastimado tanto en el pasado, si fuera otra persona ya te habría dejado, pero estoy contigo por qué te amo, pero a ti parece no importarte.
-Lo sé y me arrepiento, era solo el dolor hablando, perdí a mi madre otra vez Cas y por supuesto que me importa, yo también te amo y no vengo a matar a nuestro hijo. Se que encontraremos una solución, siempre lo hacemos - saque el arma y la lance lejos -Eres lo único que quiero, ambos lo son, mi familia completa. - me acerqué a Cas y lo tome por los lados de la cara con ambas manos, mis pulgares acariciaban sus pómulos. -Eres el amor de mi vida.
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LA FAMILIA
Fanfiction- Espero que no hayas olvidado todo lo que te dije, espero que me perdones y que sigas conmigo, sé que soy un idiota la mayoría del tiempo, que me lanzo al peligro como si tuviera mil vidas, sé que no te merezco y que soy jodidamente afortunado de q...