“Mucho antes de que existiera la luz, sólo había oscuridad. Antes de la oscuridad había algo más aterrador: La nada.”
La sola idea de la nada me aterra, provoca en mi un terror cósmico enorme por lo que tengo pesadillas con ello, no de manera frecuente (¡Gracias al cielo no son frecuentes!) y durante esas pesadillas no puedo verme, no siento ninguna de mis extremidades, soy yo flotando en un espacio sin color, sin luz u oscuridad. Me aterra saber que estoy ahí porque significa que estoy existiendo, pero el lugar donde estoy no existe y por lo tanto yo tampoco. Podría decir que en esos momentos soy parte de la nada pero no sería lo más acertado, la nada no existe, por lo que podríamos decir que yo soy la nada y no existo realmente.¿Pueden imaginar eso? Estar conciente tu propia inexistencia.
Mi prometido es un sujeto encantador, uno de esos hombres que no son de este planeta. Alegre como si el mundo le permitiera ver todo lo colorido a su alrededor como un regalo, atento de una forma tan profunda que me resulta a veces simpática, también es absolutamente guapo al más puro estilo de un ser celestial pintado por el mejor artista que el mundo jamás verá.
Soy feliz con él, por lo menos en lo que he vivido a su lado he sido muy feliz sin importar lo que se nos ha puesto de frente y ahora mismo él está dormido a un costado de mi. Puedo escuchar su respiración ir a la par de su pecho, subiendo y bajando sin prisa, como si el aire que respira fuera el más puro de todos.Su hermano es un sujeto agradable, por lo menos lo es ahora. No hay mucho que decir sobre él si soy sincera; vivimos los tres juntos bajo el techo de esta casa, lejos de las vías accesibles para cualquier persona y a su vez resguardada cual si hubiese un tesoro invaluable dentro de estas paredes.
Nos la hemos pasado bien, no pienso negarlo. Cuando convivimos en familia hay muchas risas inundado toda la casa, hasta el rincón más triste y olvidado se vuelve un espacio de alegría cuando los tres estamos juntos. Al principio su hermano era más reservado, no bajaba a pasar el rato, no hablaba con nosotros a no ser que fuera necesario, pero sobre todo no paraba de mirarme con esos ojos menta cada vez que podía para luego irse sin decir una palabra.
Siempre he pensado que Saeran me odia por algún motivo más allá de mi entendimiento, inclusive del suyo si soy capaz de ser sincera. No me expresa odio como tal con esos orbes fijados en mi, parece más confundido que resentido.
Por las noches cuando Seven hace algún trabajo desde su oficina personal (me pide que le llame así al cuarto donde se encierra a jugar) me quedo sola en la sala para esperar a que regresemos a dormir, esta noche ocurrió algo diferente a lo habitual.
Mientras esperaba, tonteando en mi móvil como de costumbre, Saeran se sentó a mis pies en el sofá extendido, nuevamente no dijo una sola palabra, solo me miraba, algunas veces lo miré yo también para soltarle alguna pregunta sobre el clima o si le había gustado la cena o su estado a lo largo del día, él contestaba de forma breve sin dejar de verme.
«¿Qué haces cuando tienes pesadillas?» me preguntó en un tono serio. Para empezar no sabía que Saeran podía tener pesadillas.
«Oh, por lo general Saeyoung suele abrazarme hasta volver a dormir.» Le dije yo intentando aclarar sus dudas, súbitamente pensé que Saeran no tenía a alguien que lo abrazara cuando tuviese pesadillas y considerando que lo hubiese preguntado hasta ahora, quizá estaba teniendolas en los últimos días.
«Entiendo, gracias.» Se abalanzó hacia delante dispuesto a irse, era de las primeras ocasiones que me hablaba de una forma tan íntima, si es que puedo llamarlo así.
«¿Tienes muchas pesadillas?» Le pregunté antes de que logrará levantarse de su lugar del todo, él miró hacia la pared, dudando de su responderme o irse pero finalmente, después de unos momentos, volvió a sentarse a mis pies.
«No son pesadillas, más bien, son recuerdos que no quiero revivir.» Sabía a lo que se refería, es difícil para él aún después de su readaptacion con nosotros, la vida de aquellos que están atormentados por su propia mente es una vida muy dolorosa. Me miró otra vez, sonriendo cómo cuando estamos los tres juntos y dijo con un tono tierno, casi infantil. «Intentaré ir a abrazar a Saeyoung la próxima vez.»
No pude evitar soltar una risita, él también se empezó a reír en voz baja. Un momento muy conmovedor entre ambos, por lo menos desde mis ojos lo fue.
«Si te ayuda, puedes dormir con nosotros en alguna ocasión, podríamos hacer una pijamada.» Saeran volvió a clavar su mirada en mi, la sonrisa no desapareció pero sus pupilas, al reflejarme, tenían una mezcla de alivio y dolor.
«No podría, pero gracias por pensar en mi, Julls. Es un lindo gesto.» No entendía a lo que se refería con "no poder", en mi mente solo brotó la idea de que podría interrumpirnos si es que Seven quería estar de pícaro esa noche. Sentí como ardía mi cara de la vergüenza.
«¡N-no! Lo digo en serio, no te preocupes. Somos familia.» Saeran volvió a reírse ante mi reacción, me sentí algo torpe, quizá solamente no se sentía cómodo durmiendo con nosotros, pero entonces volvió a hablar.
«Si duermo con ustedes y tengo pesadillas, quizá te abrazaría por accidente.» Me dio ternura la idea de un Saeran abrazándome entre sueños mientras que Seven y yo nos reímos muy despacio para que no nos escuchara.
«No te preocupes, no me molestaría que me abrazaras, estás aterrado y yo quiero estar ahí para ti.» Me acerqué a él abriendo los brazos, él no dudó en abrazarme, nuestros pechos se estallaron para después pegarse con cariño genuino, me sentí feliz de que Saeran por fin decidiera compartir estas cosas.
«Pero ¿y si yo no solo quiero abrazarte? Julls» Mi cuerpo se congeló, mi corazón dio un salto, sentí como Saeran se separó súbitamente de mi, al verlo al rostro solo había una cara enrojecida con la mano cubriendo su boca.
«P-perdón, lo pensé en voz alta como un chiste. Lamento esto, yo...» Brinco del sofá lleno directo a las escaleras, no volteó a mirarme en ningún momento. «Creo que estoy algo cansado, buenas noches, descansa.»
Mi prometido esta al lado de mi, está respirando tranquilo, no le he dicho una sola palabra de lo que ocurrió antes de que él saliera de su oficina.
Deseria que Saeran jamás hubiera dicho eso, no importa si fue una broma, ahora no puedo evitar ver a mi futuro esposo recostado al lado de mi e imaginar que Saeran está asustado y que quizá deba dormir con nosotros una de estas noches.
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Let's Share! [MM +18] (Versión Suave)
Fanfiction"¿Vez todas esas estrellas? Son más de las que podemos contar pero no estaría mal pasar el resto de mi vida contándolas contigo." Las tormentas llevan nombres de personas por una razón... "Siempre he pensado que nada en la tierra me haría sentir s...