Remember Me

La Carta

Finalmente las batallas de las Doce Casas habían terminado, pero, lamentablemente el precio que se pago fue el mismo que se cobra en las guerras: la muerte de inocentes, en este caso de cuatro caballeros dorados; Aioros por proteger a Athena, Saga por la ambición que nublo su buen juicio al dejarse dominar por la cara malvada de su signo guardián, Shura el autoproclamado más leal a Athena y orgullo que no le permitió creer que había causado la muerte del verdadero caballero más leal a la Diosa de la Guerra Justa y finalmente, Camus quien renuncio a su propia vida con tal de que alumno Hyoga, aprendiera la técnica más poderosa de los protegidos de Acuario y alcanzara el máximo poder.

Luego de la muerte de Saga y los santos de bronce se recuperaran, sin avisarle a nadie, bajo hasta la onceava casa, Acuario. Al llegar, aún podía sentirse el helado ambiente de la batalla, el rubio se acercó al cuerpo inerte de su maestro, el cual había estaba cubierto por su capa por cortesia de Milo

FLASH BACK

Cuando Athena llego a Acuario en compañía de los demás caballeros de bronce y los dorados que aun vivían, se acercó a Hyoga y al ver que aún estaba vivo, lo sano con su cosmos; luego alzo su vista hacia Camus, se acercó a el

- Athena...

- Lo siento, no hay nada que pueda hacer

Sin decir nada, Milo se acercó colocándolo boca arriba y antes de cubrirlo con la capa

- Camus... fuiste muy valiente y un gran maestro hasta el final - Athena comenzaba a sollozar - gracias y perdóname

Athena le colocó su casco, para luego darle una caricia al frío rostro del acuariano. Esta misma acción, la había hecho con la armadura de Cáncer, Sagitario, Capricornio y Aphrodite, hasta llegar con Saga.

FIN FLASH BACK

En silencio, Hyoga solo levanto la capa para ver el rostro de su maestro

- Deseo poderte conservar el poder y seguir viviendo...

Al recordar esas palabras, Hyoga solo pudo llorar al mismo tiempo que abrazaba el helado cuerpo de su maestro

- Camus... perdóname...

Poco después, se llevaron a cabo los funerales de los dorados caídos, luego de eso, Hyoga volvió de nuevo a la casa de Acuario, para estar un rato más antes de volver a Japón. El rubio entro al recinto, a pesar de que el hielo ya no estaba, la sintió fría, solo dio un suspiro conforme se adentraba las lágrimas iban saliendo de sus ojos, cuando llego a la recamara del mayor también la contemplo en silencio, era la primera vez que estaba ahí.

Entro con cuidado, aspirando el aroma que aún quedaba del Mago del Agua y del Hielo, se sentó en la cama la cual aún estaba cálida, las sabanas y la almohada aun olían al Acuariano; esto provoco una nueva punzada de dolor en el corazón del ruso.

- Camus...

De nuevo rompió en llanto, se giró al lado izquierdo de la cama para tomar la segunda almohada, pero al momento de pasar su mano debajo de ella, sintió un papel el cual al sacarlo, vio que era un sobre con su nombre escrito en el. Esto extraño al ruso, así que al abrirla, lo primero que saco fue una foto en la cual, él yacía sentado en las piernas de Camus junto a un muñeco de nieve que habían hecho.

Hyoga sonrió ante la imagen, ya que recordaba que después de un intenso día de entrenamiento, el francés le regalo todo un día libre donde hicieron todo lo que el pequeño rubio quisiera.

Suspiro con melancolía, cuando saco otra foto la cual había sido tomada un año antes de terminar su entrenamiento y al final, se encontraba el papel que contenía las últimas finas y elegantes letras del acuariano