Parte Tres : Invitación

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A la mañana siguiente me levanté temprano, hice el desayuno y me vestí. Desayuné junto a mi hermana, mi primo y mi padre, y al finalizar cada uno hizo lo suyo. Me dediqué a regar las flores unos minutos, al terminar me puse a leer en el patio trasero de mi casa.

Finalmente se fue haciendo la hora de la pijamada party, me vestí adecuadamente, armé un pequeño bolso y partí hacia la casa de Sakura. Al llegar me recibió su madre, la cual me hizo pasar al cuarto de ella que se encontraba subiendo unas escaleras de madera, en la segunda habitación a la izquierda. Golpeé la puerta y de inmediato se abrió, era Sakura. Me sonrió y me hizo pasar.

—Adelante Hinata.

—Gracias.

Al pasar ya se encontraba Ino y Tenten, sólo faltaba yo. Estaban comiendo papas fritas y tenían un vaso de gaseosa cada una, Sakura me sirvió por igual a mí, y me incorporé con ellas. Estábamos sentadas sobre una alfombra rosada y a su alrededor se encontraban muchos puff y algunos que otros almohadones.

—Oye Ino, creo que la navidad es el momento donde los sentimientos deberían florecer. ¿No?

—¡Sakura!—atajó sonrojada—. Shikamaru no me ve como más que eso, no es como a ti, Sasuke si te quiere.

—¡No seas tonta! Shikamaru, está perdidamente enamorado de ti, solo que no te das cuenta.

—¿En serio...?

—Ustedes tienen suerte—confesó Tenten segundos después, algo sonrojada—. A Lee no le importa otra cosa más que las artes marciales.

—¡Ah! –continué—. Según Neji, Lee siente algo por ti Tenten.

—¿Eh? —se sorprendió, se sonrojó y luego añadió—. ¿Qué dices? Hinata, tú no quedas muy atrás tampoco. ¿Qué hay de Naruto?

—Yo....Eh...—intenté defenderme.

—Ya sé. ¿Por qué no lo invitas a algún lugar antes de Navidad?


* * * * 

Luego de la pijamada party, la cual consistió en toda una velada llena de películas de toda clase, conversaciones y hasta sesión de maquillaje. Al día siguiente, que en realidad esto fue alrededor del medio día, cada una regresó a su casa. Ino y Sakura me hicieron asegurar que hoy llamara a Naruto para ponernos de acuerdo, en mis adentros corría desesperadamente un pequeño temor, el miedo a que mi primo Neji supiera de aquél plan secreto.

A penas llegué a casa tuve la fortuna de que ni mi padre ni mi primo estuvieran, la única que se encontraba era mi hermanita pequeña de trece años, la cual se encontraba con su compañero de curso, Konohamaru. Siempre pensé que entre ellos dos había más que compañeros, pero jamás me atreví a preguntarle a Hanabi nada de eso, ya que nuestra relación no era tan unida como debería ser, a lo mejor la diferencia de edades era su respuesta.

Atravesé el living y luego salí de la sala, para dirigirme hacia los pasillos que me conducían directamente hacia mi habitación. Enfilando por el piso de tatami llegaría hacía las escaleras también de maderas. Mi cuarto quedaba pasando dos habitaciones. Abrí la puerta y la cerré a mis espaldas, una vez adentro busqué dentro de mi bolso de color negro mi celular, el cual era de color blanco. Deslicé la tapa y de inmediato tanteé para buscar el número de Naruto. Al encontrarlo, mis manos comenzaron a temblar notablemente.

Me recosté sobre mi cama, mirando el techo, y cada tanto mi celular, el cual estaba en mi mano derecha, esta abierta. Sin dudas la timidez me detuvo una vez más. Era muy difícil para mí hacer una llamada telefónica al chico más extrovertido de la escuela, ya que una vez que él atendiera el aparato, su voz se escucharía del otro lado y mis sentidos perderían control de todo. La torpeza dominaría sobre mí, los nervios serían signo de timidez, y la voz no saldría de mi boca por nada del mundo. Y sin contar mis mejillas, que con solo sentir la respiración de él, se tornarían totalmente rojas.

Una Navidad con Naruto (NaruHina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora