Capítulo Uno

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Llegó a la escuela bastante nervioso, ni en su primer día de clases se sintió así de ansioso preso del miedo que le generaba tener que relacionarse con personas ajenas a su día a día.

La primera semana fue tediosa, horrible, no quería volver. No disfrutó su fin de semana, al ser maestro tenía el deber de asistir a las juntas escolares que al imbécil del director se le ocurría presentar, odiaba a su obeso jefe, el señor Cartman no era una buena imagen de director, la autoridad que poseía era más bien de un dictador, levantando la mano de forma recta mirando hacia el horizonte al dar sus órdenes. Al menos no todo era malo, contaba con buenos compañeros de trabajo y unos alumnos extraordinarios, Tweek nunca se había sentido tan feliz repartiendo su pasión como materia, la repostería a pesar de no ser catalogado como actividad de chicos se sorprendió al ver algunos cuantos niños en el salón, en sus tiempos aquello era completamente señalado, juzgado y criticado, estaba orgulloso de la evolución de la sociedad. Soltó un fuerte suspiro y se dirigió a la sala de maestros, dentro de una hora le tocaría dar clases pero la necesidad de tomar café no se le había quitado desde que cruzó la puerta de la institución. Un pequeño hábito de su niñez que no se había marchado al paso del tiempo.

ㅡ¿Todo en orden?ㅡ el profesor Marsh era alguien amable, algo serio pero era muy atento con los demás, le parecía una persona algo floja para ser alguien que impartiera clases de deportes. ㅡ¿Cómo te fue en tu primera semana? no nos hemos visto desde tu primer díaㅡ y era cierto, sin importar que se encontraban en la misma institución, las actividades de un maestro limitaban su tiempo apenas podiendose saludar de vez en cuando en la lejanía, esperó a que la cafetera dejara de servir.

ㅡFue buena, creo, mmm ¿tal vez? Agh, la verdad no estoy muy seguro, siento que todo es calmado la primera semana pero temo a que hoy sea el inicio de la peor tortura de mi vidaㅡ Stan rió, aun no se acostumbraba a las ocurrencias de Tweek, tanto él como Kyle se habían llevado una sorpresa ante el carácter explosivo y conspirador del nuevo maestro, no les molestó, al contrario, parecía gracioso, y había escuchado en su clase como algunos alumnos comentaban sobre él, nada malo que recuerde. Lo vio servirse una taza de café, casi al tope. ㅡMierda, me pasé.

ㅡBueno, fue bueno hablar contigo pero tengo que irme, molestaré un poco a Kyle, sus clases son aburridas y como buen super mejor amigo tengo que interrumpirㅡ sonrió imaginando su aparición al salón de su pelirrojo compañero ㅡ. Suerte en el inicio de tu peor tortura.

Cuando Stan se fué no hubo nadie más en la sala, supuso que todos estaban impartiendo sus clases o revisando algunos papeles de trabajo, no le importó mucho, el beber café lograba bloquear un poco sus ideas paranoicas, le gustaba disfrutar de una buena taza humeante tal y como decía su padre.

El timbre sonó asustandolo, sus manos temblaron y por poco tiraba la taza blanca, su respiración se agitó y su ojo derecho le pulsó, odiaba tener siempre alterado su sistema pero conforme al tiempo se fue acostumbrando a sus espasmos, después de todo ser una persona con tantos problemas sobre su espalda no iba a tener una vida fácil. Mientras caminaba hacia su salón intentó calmarse, sorbió un poco más de café remojando sus labios, no deseaba acabarse todo el contenido pues tenía en mente que le durara durante la clase para evitar cualquier ataque de nervios.

Al entrar se encontró a dos de sus estudiantes ya sentados en sus lugares, la pareja más simpática en todo su salón, Clyde era alegre, muy amable y algo llorón, recordó que en la primera semana su castaño alumno había empezado a llorar porque los pastelillos se habían pegado al molde, tuvo que explicarle que era un error común y que lo indicado sería dejarlos reposar en la nevera que se encontraba al fondo del salón la próxima vez, a su lado se escontraba Craig, desde el primer día Craig Tucker le pareció un alumno curioso, tenía la apariencia de alguien amargado y sinceramente le sorprendió ver a alguien que transmitía un carácter apático cada vez que respiraba en su clase, no le molestaba, en absoluto, solo le parecía curioso.

Rosas Anónimas [Creek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora