↪único

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Tenía 15 años cuando lo vio por primera vez.

Recuerda haberse quedado dormido con el sonido de la lluvia golpeando su techo, un poco más relajado después de haber dejado escapar todas sus lágrimas.

Su reloj marcaba la 1:31 a.m. cuando sus ojos se cerraron y fue transportado al mundo de los sueños.

Recuerda aquel sueño perfectamente, cuando había llegado a ese extraño lugar, un campo completamente verde y una cabaña que parecía estar totalmente aislada de la civilización. Recuerda haber caminado hacia ella, curioso por ver lo que había adentro y, por su puesto, recuerda cuando lo encontró a él por primera vez.

"¿quién eres?" su voz, vaya maravilla. Aquel niño irradiaba como el sol, y no porque desprendiera luz o algo parecido, sino porque su sola presencia era tan agradable como el sol al amanecer, tan suave y cálido.

"Me llamo JaeBum." y con un par de titubeos, le había salido aquella respuesta, simple, pero extrañamente lo suficiente para que el niño sol lo bendijera con una sonrisa.

"Bien, soy YoungJae." el mayor no hizo más que recibir el estrecho de manos que el pequeño le ofrecía, con un leve nerviosismo de por medio.

Recuerda haberse quedado con su nuevo amigo YoungJae ese día, día en el que habría deseado que los sueños duraran semanas enteras, porque, en algún momento, JaeBum había olvidado que todo se trataba de un simple sueño.

Recuerda haber conversado con YoungJae sobre miles de cosas, recuerda haberle contado sobre su vida, y cómo el chico rubio había notado su tristeza.

"¿por qué estás triste, entonces?" la pregunta le sorprendió un poco, él le había estado contando sobre cómo la había pasado con su familia en su cumpleaños, pero, no pensó que su nostalgia sería tan notoria.

"Las cosas han cambiado un poco, ¿sabes?" había dicho con un suspiro "Papá ya no es el mismo, y mamá tampoco. Ellos pasan más tiempo discutiendo y tengo miedo de que algo malo nos pase." con claro temor en su voz, JaeBum volteó a ver al menor, quien al encontrar su mirada, inmediatamente le dedicó una sonrisa. La cual, surtió rápido efecto en el corazón del pelinegro.

"Yo puedo ayudarte, es decir, si necesitas a alguien para que esté a tu lado, puedes venir, estaré dispuesto siempre a ayudar como pueda." JaeBum le agradeció por el gesto, pensando en que tal vez nunca volvería a ver a aquel lindo niño de ojos castaños, que quizá al final nada se arreglaría, pero se equivocó, a partir de esa noche y cada vez que JaeBum dormía con cierta tristeza en el corazón, YoungJae estaba allí para él, siempre con esa sonrisa, siempre animándolo, consolándolo, siempre dándole su hombro para que pudiera desahogar su dolor, siempre, siempre estaba allí para él. Y desde entonces, JaeBum lo considera su ángel.

Cada noche, a pesar de que las cosas en su vida cotidiana durante el día no era lo mejor y de que a veces, muchos problemas se acumulaban, él ansiaba quedarse dormido para ver a su ángel una vez más, ansiado de ver su sonrisa y pasar tiempo con él, de acostarse en su regazo y que le cante mientras le acariciaba la sien.

Sin darse cuenta, años habían pasado, años en los que, aunque no habían sido los mejores con respecto a su familia, podía decir que YoungJae los hacía mejores.

Había pasado tanto tiempo ocultándole al mundo sobre su repentina felicidad, sobre lo maravilloso que YoungJae era capaz de convertir sus días y de todos los dibujos que le había hecho. Porque sí, cuando no lograba visitar a YoungJae, lo extrañaba tanto que era frustrante no poder verlo en el día también, recuerda haber tomado clases de dibujo a espaldas de sus padres, de haberle pedido ayuda a sus amigos para que el rostro de su ángel saliera tal y como era él en sus sueños. Y vaya que después de varios intentos, lo había logrado, tenía dibujos de él y canciones dedicadas a él que le encantaría mostrarle, pero le dolía no poder hacerlo. Deseaba tener a YoungJae a su lado, no sólo en las noches en que lo necesitaba, sino todos los días, deseaba poder abrázalo y agradecerle por todo, de no dejarlo ir y devolverle todo aquel cariño y protección que le había brindado, de decirle que era lo mejor que le había pasado.

Piece of Paper [2jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora