El perdón. [RusiaxBolivia] [ChilexBolivia]

Una melodía

— Pequeñin, todo esto es mi culpa.

No, Rusia. No fue tu culpa que Chile se pusiese de esa manera, tampoco fue tu culpa estar en el lugar y momento equivocado. Quizá si yo no te hubiese empujado antes de que Chile lo hiciera, hubieras sido tú el que estuviese aquí ahora; postrado en una cama de hospital.

Pero, para ser sinceros no duele, así que no temas. No, porque el dolor que siente mi cuerpo no es igual o mayor al dolor que siente mi alma. ¿Cómo puedes causarle estas marcas tan profundas a mi corazón, Chile? ¿Cómo puedes estar matándome y yo aún puedo creer que en esos actos hay gentileza e incluso algo de amor?

Creo que es momento, Chile. Es momento de que te deje ir, porque siempre creí que estaba a tú lado; siempre creí que contemplabas las mismas rosas y te llenaban los mismos sentimientos que yo. Pero en esto del amor ahora me doy cuenta que siempre estuviste corriendo lejos de mí y yo intentando alcanzarte...como una nube que intenta seguirle el paso al viento.

¡¿Por qué es tan difícil?! Tu voz es como un imán, un imán tan fuerte; que aunque si yo fuese simple plástico haría lo posible para volverme metal, para sentir tu atracción...estoy tan aferrado a ti.

¡Huye, Bolivia! Mi corazón y mi mente están en un gran desacuerdo, Chile. Mi corazón clama por ti, por dejarte volver a dónde una vez fue tu lugar; pero mi mente, mi mente grita que deje de estar junto a ti, que tú ya no me amas, que huya para buscar refugio de ti.

¡Ya no mientas y dime que es mentira! Sí, es redundante y es confuso...como mi alma hecha pedazos. Deja de mentirme de una buena vez y ven para terminar con aquello que empezaste; termina de romper mi corazón y di en voz fuerte y clara: 《No te amo》.

Di que es mentira, que era mentira esa risa que dejabas flotar en el aire cuando me veías o hablabas, que esos abrazos eran mentira y esas cartas también, dime lo que yo ya deduje; dime que las cartas te las hacía Argentina y que tú solo copiabas el contenido en otro papel cambiando tu nombre por el mío.

Quiero creer que no eres malo, sino incomprensible. Y creo que hasta logres comprenderte a ti mismo, tú y yo no podremos estar juntos. Y por favor Chile, estudiate mucho y haz lo posible para comprenderte.

Debes hacerlo rápido.

— Pequeñin, tranquilo, aquí estoy.

Antes de que sea demasiado tarde. Porque, ¿sabes una cosa? Las manos de Rusia, empiezan a sentirse más cálidas que antes, el timbre de su voz esta empezando a hacerse agradable.

Date prisa, Chile.

Pues hay alguien que está haciendo todo lo posible para quedarse con el lugar que en mi corazón te correspondía...y creo que lo está logrando.

Date prisa, Chile.

— Vas a estar bien.

Rusia, ¿por qué de repente el calor de tu cuerpo, de tus brazos envolviendo el mío; es tan agradable?

¿Alguien más escucha eso? Eso es nada más y nada menos que una hermosa, pero algo distante melodía. ¿Alguien más siente eso? Es una violenta, pero inigualable sincronía. ¿De quién es este corazón? Que esta tan inexplicablemente bien sincronizado con el mío.

— Pequeñin, no me hagas esto.

Rusia, es lo que susurra uno de los muchos pedazos de mi corazón roto.

Rusia, ese nombre es ahora una melodía, es la melodía que mi alma empieza a tocar.