Primero

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Hasta la brocha de la maquilladora trabajando sobre sus marcados pómulos le resultaba fuera de lugar esa tarde.

Y no es que el set cargado de un ambiente caliente no fuese algo a lo que estuviese acostumbrado. Es que a él le gustaba joderse a mujeres, un buen par de senos, caritas de zorras y de princesas inocentes también. Mark era heterosexual y un prodigio aclamado en la nueva era de lo actores de la industria porno, por ello no entendía cuál era la afición de sus seguidores, –slash, seguidoras– para quererlo haciendo una cinta de porno homosexual.

Comprendía que la versatilidad era una de las cosas que más exigían dentro de aquél mundo, pero cuando su manager llegó exigiéndole grabar un shot de veinte minutos con un hombre, Mark quiso tirarse los cabellos y renunciar a pagar la renta por un año entero si era necesario. Nunca, ni en sus años de adolescencia y hormonas locas, dudó de su sexualidad. Él sabía bien qué era lo que lograba ponerlo, y un chico no entraba en la categoría de lo que a su pene lograba emocionar.

Toma afrodisíacos. Puedes hacerlo Minhyung, a final de cuentas estarás metiendo en tu bolsillo una buena cantidad de billetes solo por poner tu polla en un agujero más.

Pero, ¿Y si era un tío enorme?

De esos musculosos bañados en aceite que se cargan un pene gigante, y más pelos que un puto oso.

Mark no entendía qué era lo atractivo de cogerse a una masa gigante de músculos y testosterona. A él le gustaban las curvas, cuerpos delicados con ciertas características sensuales que volvían su trabajo algo llevadero, si es que no tenía que considerar las cámaras que se paseaban de un lado a otro mientras él tenía sexo y trataba de ser gentil con su compañera de trabajo.

— Ya está, deja esa mierda. Necesito ir al baño. — Apartó a la maquilladora con un gesto tanto brusco, saliendo de la silla en donde descansaba para irse directo al cuarto de baño.

Jodido el día en que pensó que aceptar ser actor dentro de esa industria le traería algún beneficio.

Hace tres años atrás dio una respuesta positiva porque pensaba que todo sería tan fácil como usar su pene para ponerlo dentro de lindas mujeres, pero una vez involucrado descubrió cosas asquerosas y se dio cuenta de que tanto él como sus colegas no eran más que títeres. Luego de un tiempo el sexo hasta se volvía aburrido, daba pena ver como eran tratadas las mujeres sobretodo, que pocas veces tenían opinión dentro de lo que podían hacer o no.

Claro que podía retirarse, pero conseguir trabajo luego de que su rostro se había hecho viral por un vídeo porno hace menos de un año seria casi imposible. Los estigmas sociales eran fuertes sobre los actores porno retirados, más aún si llegabas a destacarte en tan poco tiempo como lo hizo Mark.

Y no es que él fuese un follador estupendo y excepcional en el arte, solamente supo tratar a sus compañeras como se lo merecían, sin hacer que sus orgasmos fuesen fingidos y la gente comenzó a disfrutar de su contenido natural; agradable de ver, como lo describían algunas personas que habían opinado sobre su trabajo.

— Solamente cerraré los ojos y... Fingiré que es lo mismo de siempre. — Habló a su reflejo.

Trató de convencerse de que aquel brillo preocupado en su mirada no era más que una ilusión, pero debía admitir que le daba pena y rabia tener que faltar a su heterosexualidad. No juzgaba a nadie por su sexualidad y respetaba cualquier orientación, por ello sentía que en ese momento le estaban faltando el respeto al ponerle la exigencia de joderse a un hombre sabiendo que él no era homosexual y nunca estuvo cerca de serlo.

Juntó sus manos y tomó entre ellas una buena cantidad de agua, importándole bastante poco que su maquillaje estuviese recién hecho, refrezcando su rostro de un solo salpicón. Suspiró con pesar mientras las gotas se resbalaban desde su piel hasta caer una vez más sobre el lavado y secó todo rastro con la camiseta que traía puesta.

first // markhyuck  (+18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora