¿Fin?

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Ese momento fue fatal, ese mísero momento donde todo de vino cuesta abajo, supuso que el accidente de sus padres sería lo peor de su vida, pero la vida se compone de momentos buenos y malos, pero no todos los superan, no todos salen adelante tan fácil como otros.

Aquel choque le costó su vida entera, un par de frenos inservibles le salió más caro de lo que pensaba, la suerte no estuvo de su lado está vez y en su segundo accidente automovilístico, Sabrina estaba vuelta un desastre y esta vez no sólo sentimentalmente.

Ni siquiera el grupo de apoyo le sirvió, todo era cada vez más difícil, todo era cada vez peor, todo contaba cada vez con menos sentido, cada vez menos y menos sentido, la vida incluso ya no le llamaba la atención, Ni siquiera podía quedarse a ver el cielo para perderse en sus pensamientos o algo por el estilo sin sentir que ya no había razón o sentido en ello.

De igual manera ya no tenía a qué aferrarse, todo era, por sí solo, era un dilema, un problema tras otro que lo conviertía todo en un problema mucho más grande del cual todo deja de tener escapatoria, como si le persiguiera para dejarle sin alternativas, como si la única salida fuese aquella misma que acabaría con ella, aunque ya había acabado con ella misma en el momento en el cual perdió la voz, la posibilidad de tocar música.

Todo esto necesitaba parar, era demasiado estando junto, era de lo peor, una pesadilla que parecía carecer de un final y si no lo tenía, tal vez era necesario darle uno, crearlo por si misma, es que, si todo estaba en contra de si misma y ella ya no sabía ni quién era, de qué le servía la vida, sentía que perder su autonomía no le dolió tanto como perder la música, un verdadero terror si se analiza bien

Y tal vez no me corresponde contar su historia, pero de nada me serviría esforzarme tanto por conocer su historia y entenderla si no pienso contarla, es nada más y nada menos que un verdadero momento de alguien imbécil que se quedó callado, que se guardó toda aquella información para sí mismo y no fue capaz de contarle al mundo que Sabrina no era aquella chica feliz que todos pintaron en las noticias, aquella chica que medio mundo dijo conocer, nadie la conocía a excepción de su nana y ni siquiera ella puede decir que estuvo para Sabrina en lo que todo el mundo determinó como sus últimos momentos de vida.

Lamento haber mencionado aquel hecho sin haber narrado con exactitud lo que hizo para determinarse como  muerta, porque sí, así se considera que se encuentra, muerta, de todas las maneras posibles le considero muerta. Pero no es tan fácil contar su muerte, por lo menos no sin contar su historia, no para quien creyó conocerla y se dio cuenta que en realidad era una completa desconocida, tal vez lo cuente en otra ocasión en la cual el nudo de mi garganta se vaya lo suficiente como para dejarme hablar y las lágrimas de mis ojos se disminuyan lo suficiente como para permitirme ver lo que estoy escribiendo y la calma me lo permita. 

Un Sueño Para SabrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora