Sarada se preparó toda su vida para afinar sus habilidades como kunoichi, pero nunca esperó que un día tendría que comportarse como el resto de las chicas, ella gusta de las historias románticas y los lindos vestidos, pero cuando se trata de trabajo y misiones, abandona todo y se convierte en una chica ruda, fría y analítica, ganando la admiración de sus ex compañeros de Academia y el miedo de algunos cuantos.
–Creo que tendré que pedir ayuda, ese tal Yukio tiene un carácter bastante especial, ¡es increíble que mi nueva misión trate de tener citas!, es absurdo.Sarada se reunió con Chōchō en su cafetería favorita, pidieron algunos frappes y pastel, fue ahí cuando intentó abordar el tema.
–Chōchō...necesito contarte algo, pero promete que guardarás el secreto.
–Ñam ñam, ¿qué ocurre?– dijo la joven metiendo macarons y pastel dentro de su boca.
–Tengo una misión y bueno, yo...debo hacerme pasar por una chica normal...y conquistar a un chico.
–¡Ahhh!, ¿Cómo es posible?– Chōchō soltó un puchero –¿por qué a mí me toca lidiar con misiones donde veo a los tontos de InoShika platicando con viejos aburridos y a ti te dejan salir con un chico?...¿es guapo?, ¿cuántos años tiene?, ¿acaso tiene dinero o es popular?, ¡dímelo!.
–Es todo lo que acabas de decir– menciona Sarada mientras baja aún más el volumen de su voz–. Su nombre es Yukio Kichihana.
–¡¿Qué?!, Yuki-pfpfpfpf– inmediatamente fue interrumpida por Sarada, quien cubrió su boca en un intento de no exponer el asunto.
–Chōchō, no grites, nadie debe enterarse, y si te lo conté es porque eres mi mejor amiga.
–¡¿Acaso no recuerdas quien es él?!, es el hijo de Eiji Kichihana, dueño de la corporación Kichihana, pocos lo conocen porque viaja mucho a otros países y rara vez viene a Konohagakure, Yukio tiene 15 años, ¡es tan atractivo!, es como ver a un dios, dio una entrevista hace dos meses en una revista prestigiosa, ¡quiere convertirse en modelo!, se dice que no deja que nadie se le acerque, él escoge a quienes quiere cerca, tan hermoso e inalcanzable...¡seríamos la pareja perfecta!– vuelve a hacer otro puchero hacia Sarada –te envidio tanto, aunque no entiendo porqué te escogieron.
Con una mirada molesta y un tono más profundo en su voz, Sarada replica:
–¡Ejem!, soy lo bastante buena para esta misión, y si te hablé fue para que me ayudes, no para que me juzgues, realmente necesito consejos, y espero que confíes más en mí.
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La pasmosa misión de Sarada
RomanceRectitud y minuciosidad son adjetivos que vienen a la cabeza al pensar en Sarada Uchiha, es por ello que Sarada termina por ser encomendada a una misión por la que muchas kunoichis rogarían: ser una chica normal y a la moda para salir en varias cita...