Capítulo 29

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"Generalmente, cuando te decepcionas, te vuelves más fuerte"

David Rudisha

***

1 semana después...

Descanso en el asiento del auto mientras el aire acondicionado roza mi rostro provocando un cosquilleo que me deja salir una sonrisa, abro los ojos y puedo ver un cielo despejado y con pocas estrellas desde el parabrisas del BMW de Pierre; ha sido un día largo y agotador que no tengo muchas fuerzas para moverme, solo tengo en mente de querer llegar al penthouse y tirarme en la cama, es posible que Pierre se quede trabajando un poco más cuando necesita mantenerse al flote con algunos materiales que debe de pedir y comprar el día de mañana, intentaría convencerlo que llegará antes de la hora establecida por nuestro plan pero a veces puede ser demasiado testarudo que sigue las indicaciones que le doy, en vez de eso prefiere terminar su trabajo para luego dormir con tranquilidad.

Me emociona un poco saber que hoy es luna llena, he esperado durante un mes para que llegue el aclamado día, así que ahora, por lo menos podré besarlo aunque sea con los tres días que tenga libre de mi pobre abstinencia de su contacto.

No tardamos mucho tiempo en llegar a nuestra casa para ver como un auto esta estacionado en frente de la entrada del penthouse y antes que pueda darle el lujo de hacer preguntas como ya es la costumbre, pronto mi memoriza hace que reconozca el modelo, el color y hasta la placa del vehículo. Maldigo en voz baja y presiono más mi cuerpo en el asiento del auto, tomo aire y me doy cuenta que no tengo muchas energías para pelear con mi padre biológico, de todas formas su insistencia siguió durante la última semana pero por lo menos, por un lado le agradezco que no se haya aparecido en mi trabajo sino tuviera que haberme encargado de otro conflicto con él.

— ¿De quién será ese auto?—pregunta Pierre al estacionarse detrás de un Audi negro.

—De mi padre—musito.

Ni siquiera Pierre termina de estacionarse cuando abro la puerta del BMW y doy un paso afuera para acercarme furiosa al otro vehículo, apenas llego y al ver que nadie sale de él, toco la ventana y a pesar que los vidrios sean muy polarizados, sentí un movimiento del auto que me hizo comprender que adentro hay alguien.

Veo como Pierre sale de su auto para caminar casi a trotes hacia mí, pero su paso es interrumpido cuando se queda observando a mi padre biológico salir de su vehículo con esa elegancia de hombre millonario que tiene en el rostro; se acerca a mí y yo intento alejarme un poco para siempre mantener esa distancia entre ambos.

— ¿Esto es enserio?—le digo abrumada por ver su presencia.

—No tengo otra alternativa al ver que rechazas mis llamadas—responde con tono de seriedad.

Le doy una profunda mirada que al parecer ninguno de los dos decide resignarse en la lucha, hago una mueca y pienso que si no hago lo que él quiere es probable que jamás me lo quite de encima y por lo menos, quiero darme unas semanas de respiro antes que colapse con sus llamadas y visitas inesperadas.

Me acaricio el rostro y veo hacia el oscuro cielo, la luna llena parece posicionarse debajo de nosotros y su luz resplandece entre las pocas estrellas que hay en su alrededor; tomo suficiente aire para llenar mis pulmones e intento consolarme abrazándome con mis propios brazos hasta pasarlos de arriba hacia abajo para darme calor.

¿Qué pasará si decido ir a su casa y conocer a su familia? ¿Qué ganará él o yo en esto? ¿Podré enfrentar mis propios miedos si doy un paso en frente a esa casa?

Dios, por qué siempre me deben de suceder estás cosas y eso sin decir, que jamás me había cuestionado tanto en ir visitar a alguien solo para poder resolver problemas que pensaban que ya estaban enterrados bajo el núcleo del planeta.

Amores Perdidos [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora