Destino

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Amber estaba decidida. Escaparía de aquella situación lo más pronto posible. Habían pasado tres días des de que su padre la había anunciado que la casaría con un chico adinerado que le traería prosperidad a la familia.

Ella se negaba a casarse con alguien que no conocía, aquello la indignaba hasta el punto de incluso aborrecer a sus padres. Comprendía que su familia estaba en una situación complicada, y que escaseaban los recursos, pero no los conseguirían de aquella forma. No de una forma tan rastrera.

Todo estaba decidido. Escaparía aquella noche. Preparó un saco con víveres para el viaje y metió en él dos de sus vestidos, después, se hizo con una daga y se la ató a la cintura y finalmente ató todas sus sábanas y cortinas para formar una cuerda que le permitiera escapar.

Se armó de valentía y saltó el alféizar agarrándose con fuerza de la cuerda casera. Respiró con dificultad aterrada por la altura y observó a sus costados encontrándose con algo que la dejó petrificada.

-¿Q-Qué? ¿Qué está haciendo?-susurró anonadada. Un chico de su edad aproximadamente, estaba haciendo justo lo mismo que ella.

Descendía ayudándose del relieve de la pared y de vez en cuando se paraba a descansar en algún saliente. Al escuchar la voz, el chico se giró para descubrir de dónde provenía a velocidad de vértigo provocando casi su caída.

-¿Vos que cree? Me parece que estamos haciendo lo mismo -.

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