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Las gotas casi escarchadas hacían contacto con el pálido rostro de Mati en conjunto al fuerte ventoso mañanero.
Por esta y más razones odiaba el hecho de asistir al colegio, pero lo que más le molestaba era tener que poner los pies en la tierra a las cinco de la mañana e ir a pie porque nadie se ofrecería a llevarlo. Siempre parecía ser de noche y las luces de las calles permanecían encendidas.
En el camino, pasó por un mini kiosco, saliendo fugazmente del lugar al ver que se le hacía tarde pero todo valía la pena si de chocolate se trataba. Ideal para comer en el recreo, pensó.
Y recordó a Rod.
El que siempre se proponía regalarle algo dulce para salvarlo del mal humor, y vaya que lo hacía.

—¿Sabías que te mandé un mensaje? Podríamos haber tomado el mismo camino juntos.— Martin apareció a un lado de Matias.

—¿No se supone que ibas a ir caminando con tu novia?

—Creo que no te conté pero he terminado oficialmente con Marianne.— Se acomodó los lentes, inquieto.

—Creo que es hora de declararte, ya que Pedro también terminó con Natu.
¿Qué te parece? Es un pajero pero de todas formas lo querés. Tampoco sé cuál es el propósito tuyo de negarmelo cuando es más que obvio, hasta él se podría dar cuenta solo si abriera un poco más los ojos. — Estaban acercándose a su destino, llegando tarde, pero llegando.

—¿Cómo van las cosas con Rodrigo? Tampoco podés quejarte.—Curioso.

—Puede que me haya besado...—Susurró para que solamente él pudiera escucharle, ya habían ingresado y no quería esparcír rumores tan rápido.

—¿Cómo que te bes-.—
El otro tapa su boca intentando acallar lo que él mismo no quería oir, ni que oigan. Prácticamente ya estaban todos enterados de su secreto, perfecto.

Matías soltó un suspiro, necesitaba tranquilizar su sistema al menos por unos días, meses, tal vez años.

—Shh, ya escuchaste. Mantenete callado que si la rubia a tus espaldas te escucha seguro arma un escándalo y a lo mejor se enteran todos. Ya sabés, una chica hetero protegiendo a un hombre que no es suyo.— No estaba percatado de la persona que estaba pasando detrás suyo hasta que escuchó su voz.

—¿Quién te besó?— Rod lo rodeó por atrás con sus brazos y se acercó a su cuello para dejar un beso húmedo, activando su sistema nervioso y poniéndole en alerta.

—N-no es nadie, sólo...— No le salían las palabras pero el otro chico decidió tomar la iniciativa y cortó el silencio que se formó por unos segundos.

—Nene, te estaba jodiendo. Aunque ya estoy enterado de la persona de la que hablás.— Sonrió y el otro pareció casi derretirse—Tengo que volver a clases así que nos veremos allá, ¿No?— Guiñó un ojo y él se relamió los labios, gustoso. Los dos podían jugar el mismo juego.
Antes de desaparecer por el pasillo miró por última vez a Mati, esperando alguna reacción de su parte.
Y él inconscientemente se había quedado mirando como el otro chico arrastraba sus pies hasta el salón correspondiente y al darse vuelta sintió sus mejillas pintadas de un color carmín. El calor que se había instalado en su cuerpo era indescriptible y quería sentirlo de nuevo.
Cree que debería vengarse.
Próximamente.

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Espero que les haya gustado. Banquenme con los errores.

Agos🤬

ᥕιᥒtᥱr (ᴍᴀᴛsϙᴜᴀʀᴇ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora