Infiltrado en mi vida [Terminada]

¡Estoy poniendo nervioso a Adam Parker!

Capítulo catorce

Samantha POV

Levanto mi cabeza con el ceño fruncido al escuchar alguien cerca mío.

Un hombre de unos cuarenta y pico años está en frente mío con una botella de whisky en se manó y una sonrisa horrible, por cierto tiene que lavarse un poco más los dientes (los tiene amarillos).

Miro a los lados buscando a cualquier otra persona que no sea yo a la que le puede estar hablando.

- Te hablo a ti guapa.- dijo haciendo que en medio de la frase hipara. Su mirada estaba fija en mi y yo me estaba poniendo nerviosa, nunca he estado en esta situación.

¿Por qué me tiene que pasar a mi?

Me levanto rápido del banco y camino haciendo que no le he escuchado hacia mi lado derecho lo más rápido que puedo. Dos hombres aparecen en frente mío haciendo que me pare de golpe.

- ¿Por qué quieres irte? La fiesta acaba de empezar.- dijo uno que por su tono de voz no parecía tan borracho como el de los dientes amarillos.

Camine hacia atrás para alejarme de estos dándome contra otro hombre atrás. ¿Cuantos son? ¡Un ejército! Lo se, soy muy exagerada.

- No tengo nada encima. Os puedo dar un chicle y mi abono del autobús.- dije con mi voz rasgada por las lágrimas que empezaban a salir de mis ojos.

Me pueden llamar llorica y todo lo que quieran pero tengo miedo como cualquier persona coherente en el mundo.

Noto como mis piernas flanquean y me quedo paralizada mirando hacia mi alrededor. Estoy rodeada.

- También nos puedes dar otra cosa.- dijo uno detrás mío, su mirada estaba fija en mi trasero. ¡Qué se valla a buscar otro culo! Hay mucho mejores que el mío, el mío es todo una mierda patata comparado con el de todas las animadoras del instituto.

Me aparte de golpe al escucharlo tan cerca. Tampoco me podía mover con libertad, quedaban escasos metros para que ellos pudieran cogerme.

- Dejarme ir y no se lo contare a nadie por favor.- suplique quitándome las lágrimas que salían y no paraban de salir de mis ojos con el jersey.

- ¿Contárselo a alguien?- pregunto uno riéndose a carcajadas.

No entiendo porque se ríe.

- No creo que llegues a contárselo a nadie.- dijo el de los dientes amarillos riéndose juntó a los demás. Empezaron a acercarse.

Mi cuerpo empezó a temblar y todos mis músculos estaban en tensión.

¡Soy muy joven para morir! Literalmente.

Las luces de un coche negando por la calle a toda velocidad hicieron que pararan de acercarse y que todos fijáramos la vista en el. Se paró en frente de nosotros y de el salió un hombre alto con un gran abrigo negro. Pero podría diferenciar su pelo alborotado en cualquier sitio.

Camino con grandes zancadas hasta dónde estábamos nosotros.

- ¿Os importaría largaros de aquí?- dijo Adam mirando a todos los que me estaban rodeando. Me lleve una mano a la frente negando en mi interior. ¡Alguien puede decirle a este chico que así no impone ni a una mosca!

- Y si no lo hacemos ¿que vas ha hacer maricon?- dijo uno riéndose.

- Pegaros una paliza.- dijo esta vez, Adam, con voz grave y amenazante.

- ¿Tu? ¿Quien te crees? ¿Superman que salva a la chica?- dijo el de dientes amarillos burlándose de el.

- Súbete al coche.- dijo furioso hablándome a mi.