Lisa y James

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Yves, que sabía la escena que tocaba rodar ese día, no estuvo presente.

Aún así advirtió en Tris y en Chris Evans un trato diferente entre ellos dos como si supieran lo que iba a pasar desde el principio.

A partir de ese momento se volvió un poco frío, distante, sobretodo con Tris.

Tras dos semanas ella, que se había dado cuenta del comportamiento paulatino de Yves durante el mes, decidió hablarlo con Chris pero el dijo que ya le conocía

>Algo de razón tiene —y que no se preocupara y simplemente se olvidara de ello.

— Bueno chicos —anunció Chris en voz alta con intención de ser audible para todos los allí presentes— hoy toca la escena en que Lisa y yo nos vemos con otros ojos, dejando atrás el dolor y los fantasmas del pasado. Vamos a hacer un pequeño ensayo antes. A vuestras posiciones.

> Nunca me cansaré de decir eso —.Pensó Chris.

La escena se situaba en la playa, en un día de primavera frío pero con un cielo azul despejado. Los personajes, Lisa y James ya se conocían, ciertamente la primera impresión que ella se llevó de él fue bastante mala y James apenas la prestó atención después de tantas citas decepcionantes. Aunque no era una cita las mujeres ya no tenían cabida en su pensamiento a causa de su roto corazón.

Esa primera vez que se vieron estaban en el cine y tuvieron un problemilla con las entradas, sólo quedaba una (eso es otra historia), la segunda vez a punto estuvieron de participar en un pequeño accidente de tráfico no provocado por ellos, pero si les afectó, y aquella vez tras defensas mutuas se vieron con otros ojos porque se recordaban de la primera disputa. Hubo una tercera vez, en la calle, en la que James iba con sus amigos y estos vieron como miró a la chica al cruzarse así que le obligaron, como hacen los amigos de película, a perdirla una cita. Intercambiaron números y ella sonrió.

A los tres días Lisa recibió una llamada del joven pero no pudo atender así que lo llamó ella después. En realidad no concretraron una cita como tal a su parecer.

El caso es que allí en la playa se acercó un perro y la joven con gracia y ternura lo acarició, él vio en ella algo familiar por un instante, aquello le recordó a su difunta amada. El perro volvió con su dueño y cuando ella se levantó miró al chico.

Los dos jóvenes clavaron sus ojos en el del otro, recordando un sentimiento dulce casi olvidado con el tiempo y el dolor.

— Vale estupendo —anunció Chris de nuevo >Más que estupendo —ahora vamos a hacer la buena, os dejo unos minutos para prepararnos.

Una Vida Soñada. I © (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora