28.

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Isabelle Roberts

Le textee a Christian que no podría ir a trabajar ya que Stanley no mejoro por la noche y me tuve que quedar despierta la mayoría de esta para asegurarme de que no subiera más su temperatura.

Me tome yo una pastilla para el dolor de cabeza que tenía, supongo que me dio por el estrés y además de no poder haber dormido casi nada, mire a Stanley que jugaba con mi teléfono aún con sus ojos decaídos.

—¿Te sientes un poco mejor?

—Si—Dijo con una pequeña sonrisa.

Me alivie y subí la temperatura de la calefacción ya que la había bajado porque a Lee le había subido nuevamente fiebre hace unas horas.

—¿Tienes hambre?

—No—Me contestó.

—Amor tienes que comer un poco aún que sea.

—No tengo hambre mamá.

—Si, yo tampoco—Me senté a su lado—Ten bebé agua—Lo que más se es que tengo que tener a mi hijo hidratado sobretodo cuando está enfermo.

Dio un pequeño sorbo y me la devolvió, me recosté a su lado y prendí la TV.

—Mamá—Stanley me despertó de un grito y luego se largó a reír.

Sonreí y toque su frente.

—¿Estas mejor?

—Si—Comenzó a saltar en la cama.

—No, hijo todavía no, acuéstate un rato conmigo.

El dejo de saltar y se acercó a mi, me acurruqué con el.

—Estás muy calentita mamá—Se separó de inmediato.

Me levante y era verdad, al mirarme al espejo tenía mis mejillas rosadas y me costaba respirar por la nariz.

—Tengo hambre—Se quejó Lee.

—¿Quieres leche con cereal?—El asintió—Ok, espérame un momento.

Me puse una sudadera de Tom y baje a prepararle la leche a Stanley, subí nuevamente y se la entregue.

La puerta sonó y baje las escaleras hasta llegar a la puerta y abrirla.

—Hol... ¿Estas bien?—Christian apareció.

—Si—Lo deje entrar—¿Que haces aquí? ¿No deberías estar en el trabajo?

—Si, quise pasar a chequear cómo estaban y claramente tú no estás bien.

Me puse la capucha de la sudadera para cesar el frío.

—¿Como está Stanley?

—Está mejor—Sonreí sorbiendo mis mocos.

—Te ha pasado el virus a ti.

Levante mis hombros.

—Toma, mi madre hace estás excelentes sopas de pollo cuando estoy enfermo y pensé traerla para Stanley pero como te veo así, te la comerás tú—Me dijo pasándome una cacerola.

—Gracias, no tenías porque hacerlo—Se la recibí.

—¿No es peligroso que estes enferma y embarazada?

—No creo, es solo un resfrío, mañana estaré bien.

—De todos modos, estoy aquí si necesitas algo, yo debería irme—El dijo caminando hacia la puerta—No vayas a trabajar mañana, así cómo estás no.

Welcome to the fatherhood-Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora