Parte IV: Duerme, bebé, duerme

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Kongpob revisó su teléfono. Era una mañana de sábado y se acababa de levantar. Su novio, Arthit, estaba lejos por el trabajo por ya casi una semana. Esa noche, se suponía que Arthit llegaría a casa.

"No me esperes. Come bien" estaba escrito en un mensaje corto que Arthit le envió muy temprano en la mañana.

"Lo sé. Iré de compras hoy y luego a comer fuera. Ten cuidado camino a casa, P'Arthit" Kong envió la respuesta.

Su P'Arthit nunca respondía a ese tipo de mensajes. Era probable que Arthit ni siquiera esperara una respuesta a su primer mensaje, pero Kongpob es Kongpob. Él siempre quería responder lo que sea que su novio dijera, sólo para demostrarle a Arthit que le importa.

Cuando Kongpob entró a un restaurante, allí estaban Wad y Prem quienes parecían en una cita y que llamaron su nombre y lo invitaron a sentarse con ellos.

—¿Están seguros? Parece que están una cita.

Prem sonrió.

—Ya lo dijiste, pero estamos esperando a Bright.

—P'Bright está de camino. P'Pern salió de la ciudad por dos días —explicó Wad.

—Sólo siéntate —ordenó Prem. —Estabas solo, ¿cierto? ¿Ai'Arthit no ha regresado aún?

Kong asintió.

—Su vuelo es a las 3 pm. Me dijo que no lo esperara.

Bright llegó justo después de que Kong dijera eso.

—Tengo hambre —dijo. —Oh, ¡estás aquí, 0062!

—Buenas tardes, P'Bright...

—¿En dónde está Arthit?

—Está en un viaje de trabajo.

Prem golpeó el brazo de Bright.

—Ya sabías, ¿por qué preguntas?

—Le pregunto si Arthit ya llegó —explicó Bright. —¿Ya llegó?

—Llega esta tarde, P'.

—¿Entonces por qué estás aquí? —Bright preguntó más allá.

—Ai'Arthit le dijo que no lo esperara —respondió Prem. —Así que salió a comer.

Bright rio.

—Nuestro amigo es tan raro.

Luego de charlar y comer, Kong se retiró. Fue a una librería primero y compró leche rosa para su novio. Ya eran las 6 pm y se suponía que Arthit llegaría a casa a las 5, así que era la hora perfecta para que Kong regresara a su apartamento.

Kongpob vio las cosas de Arthit las cuales fueron lanzadas a la sala. Su novio estaba en casa. De inmediato revisó su recámara y encontró a Arthit boca abajo sobre la cama con los zapatos puestos.

Kong se acercó y se sentó en el borde de la cama para acariciar el cabello y la mejilla de su sol.

Arthit gruñó cuando lo hizo, pero Kong lo hizo de todos modos. Luego de un rato sin quejas, Arthit abrió un poco sus ojos, confirmando quien lo tocaba sin parar. Miró a Kongpob por un momento y luego volvió a cerrar sus ojos, planeando dormir más.

—¿En dónde estabas? No estabas aquí cuando llegué.

—Me dijiste que no esperara, así que salí a comprarte leche rosa —Kong siguió haciendo lo que estaba haciendo. —Debes estar exhausto.

—Hmm —murmuró Arthit.

—¿Quieres tomar un baño antes de dormir?

—No...

1. La historia de la pareja que no podía vivir sin el otroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora