ONE SHOTS || HARRY POTTER

𝘑𝘢𝘮𝘦𝘴 𝘗𝘰𝘵𝘵𝘦𝘳

Advertencia: Lily es aquí re mala. So, sino te gusta ese tipo de contenido, sigue en el otro capítulo/ one shot.

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THE FORGIVNESS

—¡Emma espera!

La pelirroja bajó corriendo las escaleras mientras soltaba sollozos. Sus lagrimas intensificaban las pecas de esta y sus mejillas tenían un alto color carmesí.

En todos sus años de escuela, había jurado nunca enamorarse, menos de el conquistador que llamaba a su hermana. Pero el corazón y la mente no impidieron que James la enamorara en un dos por tres y acabaran juntos.

—¡Aléjate Potter, Ya no somos nada! Lo nuestro se terminó—aceleró el paso, dejó caer varias cosas a su paso y salió corriendo de la sala común. James intentó salir pero tropezó y perdió la vista de su novia. Se paró a regañadientes y pateo una mesa con toda la fuerza que tuvo.

«Maldita sea. De verdad que la e liado..», pensó James. A su vez, otra Evans bajaba victoriosa de las escaleras de los chicos. Riendo entre diente por la gran travesura que había ingeniado, abrazo por la espalda a su nuevo amante.

—Ya amor, no te preocupes. Esa perra ni te merecía.

El enojo del muchacho se le noto en el rostro. Sin importarle, la empujo para quitarla de encima, exclamando todo con furia.

—¿Pero a ti que te pasa? ¡Te dije que me dejarás en paz! ¡Yo amo a Em, y tu deberías respetar nuestra relación! ¡ES TU HERMANA POR LAS BARBAS DE MERLÍN!

Los merodeadores llegaron al rescate y apartaron al cuernos, que no dejaba intentar abalanzarse sobre ella. Esta solo soltó una pequeña risa y salió victoriosa del lugar.

Llegando al gran comedor, saco de su bolsillo una pequeña bolsa de Galeones. El recibidor, lo agarro y se fue sin decir una palabra.

—Muchas gracias, Snape. Los Slytherin si que quieren conseguir lo que quieren. Cueste lo que cueste.

(...)

—Emma querida, ¿puedes pasarme la tetera?

Albus recogía algunas cosas en la cocina, para llevarlas a la mesa de invitados en la reunión de La Orden del Fénix.

«Es el mago más poderoso de todos y friega platos con sus manos. Vaya, eso si es tener onda.»

Con un movimiento de varita, envió la tetera hacia el otro lado de Dumbledore. Si fuera legeremante, sería gracioso ver que le pasaba por la mente ante tal asombro.

—Por un momento se me olvidó que podía hacer eso.

El llamado de la puerta llamó su atención. No sabía que vendría más gente. Ya todos debían estar en sus sillas.

—Yo voy. No te preocupes. Sigue haciendo cosas no mágicas.

Debía ser algún invitado especial. Había escrito en un pergamino y tachado todos los que habían entrado a su casa. Nadie más debía faltar. Debieron haberle informado para más precaución. Bajó la pequeña madera, para ver los ojos de las personas al otro lado de la puerta.

—¿Contraseña?

—¿Hay una contraseña? ¡Ey, chicos! ¿Hay una maldita contraseña y no me dijeron?

Casi se le detiene el corazón. ¡Albus había echo de sus fechorías! Si le hubiera avisado, se hubiera preparado para recibir a su ex.. O botarlo por la ventana.

—Pie de limón.

Remus respindió. La ojiverde abre la puerta lentamente y sus ojos se encuentran con los de James, que no se había movido del lugar anterior.

—James...

—Déjennos solos chicos.

Ni una sola queja. Canuto, Colagusano y Lunático le hicieron caso, chocando sus manos ante el plan de reunir a la pareja.

—Con que fueron ellos los que mandaron la "reunión urgente- habló, aún mirando a los merodeadores que sonreían y charlaban en el comedor con los casados Weasley.

No quería asustarla, pero, aventurándose a líneas peligrosas, la acercó a él, tomando sus manos.

Le lanzaría un Avada si la seguía tocando. Las infidelidades era lo único que jamás perdonaría.

—Déjame Potter. Dejaste las cosas claras en séptimo.

James quitaba cada una de las lagrimas que le salían. Rompían una parte de su corazón. Si hubiera sabido que tanto dolor causó su hermana, las barreras se habrían ejercido hace años.

—No fue mi intención. Lily me tendió una trampa, con Quejicus. Hicieron incontables hechizos petrificadores e ilusionistas.

—¿Y...?

Escuchaba todo con sus labios temblorosos. No podía ni hablar. No todos los días te decían que la persona en la que más confiabas te había traicionado de una forma tan sucia.

—Nada fue de verdad. Te escribí miles de cartas pero fueron interceptadas. Creo que te las robaron o escondieron.

Ambos se envolvieron en un abrazo amoroso, mientras que los presentes, que escuchaban todo, aplaudieron en función de espectadores.

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No es lo mejor que e escrito, pero de verdad que necesitaba hacer cambios en este One Shot JAJA.

ÚLTIMA EDICIÓN: 22/09/2020