𝓓𝓾𝓼𝓴

CAPÍTULO 3

     Toqué el telefonillo con desesperación para no mojarme más de lo que ya estaba. En cuanto salí de la gasolinera empezó a llover de una forma torrencial, el primer trueno sonó enseguida anunciando así un relámpago que apareció a los segundos, iluminando a su paso el cielo oscuro seguido del segundo trueno.

La puerta del portal se abrió y entré corriendo para evitar que el agua se calara dentro de mi ropa, en vano, ya que me encontraba llena de agua de la cabeza a los pies. Subí al pequeño ascensor que se encontraba a mi derecha y subí junto con él al piso indicado. Se veía un edificio no especialmente moderno pero comparado con el apartamento donde vivía yo, era mucho más lujoso, por lo menos tenía ascensor y no se veían las baldosas del suelo rotas.

Una vez llegado al piso salí del ascensor y recorrí el pasillo hasta que di con la letra 'C ' como bien me indicó el correo que me llegó minutos atrás, tímidamente toque el timbre y esperé pacientemente.

-Dios mío estás empapada, pasa rápido-. Óscar me cogió del brazo tirando hacia él para adentrarme a su acogedor apartamento. Una vez dentro eché un vistazo rápido, definitivamente es más grande que el que compartimos Lau y yo. -¿Te gusta?-. Escuché una voz detrás de mí haciendo que me girara y quedara cara a cara.

-Sí, es muy bonito y espacioso. Muy acogedor-. Cher demasiados adjetivos. Para.

-Perdón por el desorden, todo esto me ha pillado de imprevisto-. Dijo mientras apartaba un par de cajas de pizza y unas cervezas de la mesita del comedor.

-No te preocupes-. Le contesté haciendo un mohín con la mano. Me quité la chaqueta empapada para que la temperatura del apartamento me diera algo de calor y llegara a mis huesos.

-Trae eso-. Me quitó la chaqueta y se esfumó por uno de los pasillos dejándome sola en la sala principal.

-Trae eso-. Me quitó la chaqueta y se esfumó por uno de los pasillos dejándome sola en la sala principal.

Di un par de vueltas por la sala, inspeccionando todo a mi paso. Justo en frente se veía la cocina al descubierto que separaba el salón de esta con una barra americana en la que se encontraba la caja de pizza que hasta hace apenas unos segundos estaba sobre la mesita. Mientras seguía observando mis pensamientos se iban contradiciendo. Todavía no estaba segura si valía la pena todo lo que estaba arriesgando por un polvo que más tarde me traería problemas, ya no es solo por el hecho de haber manipulado y mentido a un hombre que podría perder el puesto de su trabajo, sino por mi manera de afrontar situaciones difíciles escapando por la vía rápida, aún sabiendo que solo añado más problemas a mi situación. Pero es la única manera que sé para encontrarme bien conmigo, aunque sean apenas unos minutos, lo necesito.

 Le había mandado un email a Óscar pidiéndole ayuda para entrar a la página web de la universidad ya que había tenido un problema urgente y necesitaba comunicarlo a la directora, y esto es por medio de la página web. En fin, le puse mil y una excusas para que me diera una contraseña nueva, que mi ordenador se había estropeado y estaba desesperada, después de rogarle y rogarle me dió su dirección y se comprometió a ayudarme a conseguir meterme en la página web.

Me acerqué a un escritorio que había a la izquierda de la sala justo debajo de una ventana donde se podía ver el exterior. Veía en el reflejo de las luces de las farolas la llovizna que empezaba a amainar poco a poco, como reflejo me abracé a mi misma para aumentar la temperatura corporal hasta que una voz me hizo girarme nuevamente.

-He subido la calefacción para que entres en calor. Si quieres puedes quitarte las botas-. Asentí un poco desconcertada y le seguí por el pasillo por donde acababa de aparecer, abrió la puerta de la que supuse que era el baño.- Déjalas aquí. Te espero en el comedor, voy encendiendo el ordenador.