Sexto Capitulo.

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Napoleón halaba su correa arrastrándome por el parque, parecía que él me paseara y no al revés. Mi vecino, James, me había pedido que lo sacara a pasear aprovechando que yo salía a correr esa mañana. Aun sonreía al recordar sus palabras hace tan solo una hora antes de salir de edificio.

-Alex, cariño ¿Cómo estás?

-Oh, Sr. Montgomery – No había sentido su presencia, pues Bruno Mars cantaba a todo volumen en mi oído, me quite los audífonos- ¿Cómo está usted esta mañana?

James hizo un mueca como de incomodidad, sabía que la usaba cuando temía decir algo o sentía que era imprudente preguntar- Cariño, no quiero que pienses que soy entrometido ni nada de eso, tu sabes que te tengo cariño, a ti y a Bella y por eso quiero preguntarte ¿Por qué un hombre se quedó en tu casa toda la noche y esta mañana salió recién bañado?- Sus palabras me tomaron por sorpresa, no esperaba que el Sr. Montgomery hubiese visto a Eliot, de hecho me dio mucha vergüenza al caer en cuenta como se veía esa situación, al parecer mi cara mostro ese pensamiento porque James abrió los ojos y se apuró a decir- ¡Oh no, no ¡querida, no quiero que pienses que te he estado espiando o mucho menos, es que anoche los oí llegar tarde, ya sabes como son estas paredes, parecen de papel – En eso tenía razón, más de una vez había sido testigo de las reconciliaciones de la pareja de arriba, y créanme cuando les digo que no eran precisamente cenas románticas, ellos se saltaban la parte de la disculpa y lo único que se podía escuchar era una cama que parecía que se fuera a desbaratar en cualquier momento y el techo se caería encima mío, haciendo un mal trio – y Hoy en la mañana cuando Salí por el periódico lo vi salir de tu casa, me sonrió muy amablemente pero aun así se me hizo raro, tu no traes hombres a la casa y mucho menos con Bella- James llamaba a Belle así, decía que era mucho más hermoso y que el nombre se pronunciaba correctamente de esa forma, yo no le peleaba al respecto- Solo quiero que tengas cuidado, uno nunca sabe qué clase de depravados andas ahí afuera.

Me puse colorada al instante, era comprensible que el Sr. Montgomery se preocupara por Isabelle y por mí, ya llevábamos tres años viviendo en este apartamento, pero él nunca me había mencionado nada sobre temas así, y pues no era para menos, yo nunca le di motivos. Nunca llevaba hombres a la casa a excepción de Ian o Ethan, y ahora por supuesto Eliot, aun así me daba mucha vergüenza que el Sr. James pensara esas cosas. Me obligue a responder antes de que la situación se volviera más incómoda.

-Aprecio mucho su preocupación, pero Eliot es solo un amigo de Alemania- ¡Pff!, amigo el ratón de queso, aunque esa analogía era efectiva, yo me quería comer a Eliot así como el ratón al queso, pero los dos éramos cobardes porque sabíamos que una trampa mortal nos esperaba- Además, Belle se está quedando la temporada de vacaciones con mi madre, en Gales. Por esa razón le ofrecí hospedaje a Eliot.- El rostro de James se relajó inmediatamente. Este hombre era un amor.

-Ah, ya veo. Eso es un alivio- James sonrió brevemente para luego decir un poco más serio- Aun así ten cuidado, los alemanes no son confiables, ya ves lo que paso con ese tal Hitler, mato a muchas personas- Me sorprendió su observación, juzgar a los alemanes en base a lo que paso en la Época Nazi era un poco radical, era como culpar a todos los musulmanes por lo ocurrido el 11 de septiembre, era algo absurdo, pero ahí estaban, gente como el Sr. Montgomery, que generalizaban y metían en un mismo paquete a todos por algo que había ocurrido hace muchos años. Me obligue a alejar esos pensamientos, pues no me iba a poner a discutir puntos de vista con un señor de 60 años, <<bueno tal vez no tan viejo>>, que por muy agradable que fuera, no iba a aceptar ninguna palabra que yo le dijera y pues, yo era muy terca como para dar mi brazo a torcer, mejor no tocar fondo.

-Lo tendré en cuenta Sr. Montgomery, ahora si me disculpa, voy a ir a correr un rato.

-Ah, se me había olvidado, por eso te detuve, ¿será que me puedes hacer el favor de pasear a Napoleón?, el condenado está inquieto y yo no puedo soportar su trote.- Y como si lo hubieran invocado, Napoleón salió del apartamento y encaramándose en su patas traseras se levantó en mi dirección para darme un lambetazo su larga lengua.

¿Cómo deje que pasara esto? (pausada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora