La habitación estaba oscura, sólo la luz de la vela que acababa de encender me permitía ver la hoja donde estaba escribiendo. Afuera llovía fuerte y los relámpagos alumbraban el terreno abandonado de al lado. Mi soledad y yo conversábamos cómo seguiríamos narrando el cuento que estaba escribiendo. De repente, sentí un escalofrío, me estremeció todo el cuerpo. Me levanté de la silla y fui a cerrar la ventana, sólo la puerta dejé abierta porque me gusta escuchar el ruido de la lluvia, de hecho, me hace suscitar mis emociones para poder escribir mejor.
Seguía pensando y la soledad se resistía a ser revelada en un cuento. Permanecí en silencio observando una cucaracha que luchaba por no ahogarse en mi taza de café. Entonces le pregunté a mi soledad: ¿Será que los insectos también tienen tanto miedo a la muerte como todos los seres humanos? Mi mente quedó en blanco y sin recibir respuesta alguna, cuando de pronto escuché una voz que me dijo: la muerte sólo asusta a los que tienen miedo de vivir. Volví a sentir un escalofrío, pero esta vez duró más tiempo en mi cuerpo, tomé coraje y le respondí: jamás pensé que tuvieras una voz tan gruesa, soledad, compañera mía; entonces dijo seguida de una risa burlona: yo no soy la soledad... Observé la esquina de la habitación donde no llegaba la luz de la vela, me inspiré y escribí, luego encendí un cigarrillo, agaché mi cabeza y leí lo que había escrito “nunca estamos solos”, aspiré por segunda vez el humo de mi último cigarrillo y lancé al aire una pregunta en voz alta:
-¿Hace mucho tiempo que estás ahí?
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ALGUIEN VIENE A BUSCARME
Mystery / ThrillerLa habitación estaba oscura, sólo la luz de la vela que acababa de encender me permitía ver la hoja donde estaba escribiendo. Afuera llovía fuerte y los relámpagos alumbraban el terreno abandonado de al lado. Mi soledad y yo conversábamos cómo segui...