Maneras de conocer a un chico

"Escalón" Claire me anunció con anticipación.

Mis amigas habían decidido festejar mi diecisieteavo cumpleaños, por lo que me llevaban a ciegas (con la ayuda de un pañuelo) entre las calles de nuestra ciudad.
Alcé una de mis piernas buscando a tientas el dichoso escalón para subir correctamente a él y no resbalarme porque, aunque tuviera los ojos vendados, mis otros cuatro sentidos me indicaban que el clima estaba húmedo y muy frío. Segundos después, sentí como el ambiente cambiaba drásticamente a una temperatura cálida y reconfortante que los huesos de mi cuerpo y la piel descubierta de mi rostro agradecían de una manera infinita. Mis amigas me guiaron unos metros más y después me ayudaron a sentarme en una superficie lisa y, probablemente, fría. Me impedían comprobarlo mis guantes de lana. Me quedé quieta en mi lugar y comencé a prestar atención en lo que podía oler y escuchar a mi alrededor. Rápidamente advertí que nos encontrabamos en un restaurante ya que el constante sonido de utensilios chocando y el fuerte olor a comida casera, me hizo estar 100% segura de estar en uno. Sonreí en mi interior al imaginarme que seguramente me habían traído al lugar al que yo había mencionado hace y unos días atrás. Cuando sentí que la tela ya no bloqueaba mis ojos, pestañé unas cuantas veces para adaptar mi vista al lugar, y efectivamente, me encontraba en el restaurante que tenía en mente. Sonreí a ellas.

"¡Feliz cumpleaños, amiga!" gritaron a coro mis amigas, y se turnaron para darme mi abrazo de cumpleaños.

Seguíamos con todo el show de los cumpleaños mientras comíamos hasta que un trío de meseros se nos acercaron para regalarme una rebanada de pastel (que me vendría bien con mi capuccino que había pedido) y cantarme el "Feliz Cumpleaños" junto con mis amigas. Al final, terminé riendome de vergüenza de la inesperada mini-fiesta que realizaron los camareros.
Agradecí en mi mente cuando el trío se fue a seguir con su trabajo, dejándonos nuevamente divertirnos entre amigas, pero esa diversión no duró mucho cuando una de ellas sacó involuntariamente un tema que me hizo discutir junto con una de mis amigas que estaba frente a mi. No era un tema por el cual debíamos estar riñendo para obtener un punto pero por alguna razón lo hicimos, lo que me enfureció más, ya que habíamos llegado hasta aquí por mi cumpleaños y no para comenzar una discusión y terminar peleadas.
Tomé en mis manos mi taza de capuccino, que ahora estaba tíbio, y escuché con ligera indiferencia a mi amiga que aún seguía empeñada en el tema que me comenzaba a molestar bastante.

"¡Ya basta!" por la irritación que comencé a sentir por que acabara ese tema, alcé mis manos llevándome en una de ellas el asa de la taza haciendo que el líquido de ésta saliera volando.

Supe que había pasado algo más que tirar mi bebida ya que mis dos amigas frente a mi abrieron la boca sorprendidas. A mi lado derecho vi que mi tercera amiga se había volteado, obteniendo la misma expresión que las demás. Seguí en la misma pose por unos segundos, hasta que decidí mirar de soslayo a mi lado inferior izquierdo y alcancé a percibir unos tenis Vans guinda obscuro con cintas negras.
Había un chico detrás de mi.