Capítulo dos: Consecuencias.
No todo lo que brilla es oro, mi madre siempre nos dijo a mi y a mis hermanos que uno nunca termina de conocer a las personas, a veces nos lastiman o desilusionan sus actos, aquellos que decíamos amar son los que más pueden llegar a herir.
Por eso mi madre siempre nos decía que había que mantener nuestros sentimientos bien resguardados.
- ¿está mejor? - asentí con mi cabeza mirando fijamente a Butler quien estaba sentado frente a mí en un sofá de color negro con un vaso de agua en su mano.
- ¿por qué hizo aquello?- quería gritarle que era un maldito demente y que se retracte de lo que le había dicho a esa bruja, pero aunque mis deseos eran esos no podía olvidar que el hombre era mi jefe. Mi trabajó hace que pueda sustentarme y darle la mejor vida a porky.
- tengo mis razones.- dijo tosco haciendo que me siente en sillón en el cual estaba acostada y lo miré con el ceño fruncido.
¡bien! ¡si así es la cosa señor Butler!
- pues quiero oírlas creo que merezco una explicación, ¿no le parece justo?- solte con enojó y él se levantó de su asiento volteando hacía donde estaba un enorme ventanal con la preciosa vista de la ciudad de Nueva York.
- Pilar me engañó con mi mejor amigo- abrí mi boca sorprendida sin poder evitarlo, no creí que me lo soltaría tan a la ligera. Si lo había dicho antes pero con el pequeño desmayo fue imposible recordarlo, ahora espero que no me mande al diablo. - ya lo dije antes señorita, y disculpe si la metí en un aprieto pero estaba enojado, exhausto y no quería ver a esa mujer ni un minuto más.
Lo entendía. Por supuesto que lo entendía pero no me pareció justo meterme a mi en problemas con su esposa o bueno ex-esposa.
- Señor Butler yo lo entiendo- él volteó a verme y su mirada lo decía todo, parecía querer ver mi dolor pero no. Ya pasó y por supuesto no quiero volver a recordarlo.
Muy tarde Bella.
- ¿usted...
- no fue con mi mejor amiga pero si, dolió y mucho encontrar a mi prometido con otra... persona- lo interrumpí apartando la mirada mientras buscaba las palabras para expresarme - no soy la mejor para hablar de amor en estos momentos y por razones obvias no quiero hacerlo, hay un tema en cuestión; es lo que usted dijo allá afuera, eso no es cierto y no me parece para nada justo meterme a mi en medio de una disputa entre usted y su exesposa.
- señorita Feraud...
- no he terminado señor- me levanté del sillón dándome cuenta de que no tenia esas mierdas de zapatos en mis pies.Genial, el jefe acaba de ver mis uñas de dos colores diferentes.
-esto no le traerá consecuencias a usted pero si a mi, y si yo me hundo déjeme decirle algo... soy francesa, soy muy impulsiva y rencorosa, yo no me hundiré sola, usted vendrá conmigo en este limbo que nos acaba de meter- suspiré y antes de poder seguir lanzando mis "amenazas" no me di cuenta en qué momento aquel hombre se acercó tanto a mi.
- señorita Feraud tranquilícese nadie se hundirá y usted no tendrá consecuencias. Eso solo lo dije para que Pilar se vaya y no moleste - su voz sonó calmada, su aliento a menta y alcohol golpeó en mi rostro notando los pocos centímetros que nos separaban. Su mirada oscura estaba haciendo que mi cuerpo tiemble de una manera extraña asustándome en el proceso.
- s..si pero aún así...- bien ahora tartamudeo, moví mi cabeza para establecer mis ideas y di un paso, o lo que pude llamar paso, hacia atrás. - me metió en su desborde emocional.
- y lo lamento, no estaba en mis planes... solo pasó, quería que mi esposa...- guardó un minuto de silencio y suspiró mientras se alejaba otra vez hacia el ventanal- ex esposa, no molesté es mi lugar de trabajo.
-se lo que siente señor pero mentir no servirá de nada, tarde o temprano lo descubrirán y cuando lo hagan...
- nada pasará señorita- su tono de voz me tranquilizó, bueno solo un poco.
- eso esperó señor Butler. No quisiera estar metida en un problema que no es mío - me senté en el sillón y al ver mis zapatos a un costado me los puse sin decir más nada.
Ya no quería hablar. Esto era una locura total.
- señorita Feraud miré a Matthew Butler, el me estaba dando la espalda, no me miró en ningún momento solo levantó la mano y tocó el vidrio del ventanal.
ESTÁS LEYENDO
Trató Señor.
Roman d'amourMatthew Butler quiso fingir que su directora de diseñó era su amante. No sabía que hacer en ese momento pero luego lo supe. Nunca debí decir si.