Comienza la Eternidad...

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-¿A dónde vamos Mats? -cuestionó bastante intrigado el joven castaño.

-Es una sorpresa Mario. Te va a gustar. -aseguró el pelinegro abriendo las puertas de la Codillac Escalade negra con el diminuto control remoto. Mats tomó el asiento del conductor e indicó que el castaño fuera su copiloto.

Andre abrió la puerta para abordar en los asientos traseros de la lujosa camioneta junto a sus demás amigos; Robert, Thomas y Marco. Sería una noche entre los amigos mas cercanos.

Hummels comenzó a conducir atravesando grandes avenidas, con las luces de la ciudad intensificándose conforme caía la noche sobre ellos. Las estructuras de las empresas y edificios se iban volviendo mas elegantes conforme avanzaban dejando en claro que se dirigían a un prestigioso lugar.

-¿Ustedes saben de que se trata? -miró por detrás de su hombro en busca de alguna respuesta del resto de sus amigos.

-Ni idea. -confesó Thomas y Mats solo sonreía con la mirada fija al frente.

-Ya lo averiguarás por ti mismo. Querrás pasar todas tus noches de esta manea. -aseguró el pelinegro.

"Esto debe ser una broma" pensó Mario al momento de ver en el lugar que su amigo estaba por estacionarse.

-¡Bienvenidos! -exclamó una joven rubia bastante atractiva en paños menores y zapatos altos. Mats abandonó el vehículo y tomó la mano de la bella dama para llevarla a sus labios.

Mario giró el cuello en busca de Marco y solo pudo observar que el chico se encontraba estupefacto al igual que él. 

-Reservación a nombre de Mario Götze. -indicó Hummels y los seis chicos fueron guiados por la chica hasta el perturbante lugar.

-Te has lucido Mats. -admitió Robert mirando en todas direcciones con una gigante sonrisa dibujada. Chicas bailando eróticamente, algunas con los pechos al descubierto, hombres millonarios con hasta dos mujeres, una posada en cada pierna. Jóvenes hermosas y esculturales, sin duda ese lugar debía costar una fortuna.

-Por aquí por favor. -indicó la rubia y los chicos tomaron asiento en un compartimento con la leyenda Zona VIP con sillones de cuero encontrados y una pequeña mesa en el centro, dos chicas mas ya estaban ocupando uno de los asientos, ambas castañas, una morena y la otra de tez clara, mas ambas hermosas al igual que la rubia. Mario se instaló hasta el fondo del sillón, lo mas alejado posible de las hermosas damas.

Los otros cinco chicos tomaron asiento. -Me gustan los rubios. -musitó la castaña y se colocó entre Marco y Andre, este besó su mejilla y Marco se alejó de ella unos centímetros. Robert, Mats y Thomas se sentaron enfrente de ellos, Robert con la rubia en sus piernas.

-Quiero ser el primero. -pidió Thomas y las jóvenes rieron al igual que Mats, Andre y Robert.

-Lo siento, tengo entendido que el festejado eres tú ¿no es así? -la morena se dirigió a Mario quien miraba a otra dirección intentando pasar desapercibido.

-Así es preciosa, su nombre es Mario. -intervino Andre. -Se casa el siguiente fin de semana así que.. 

-Hum ¿Eso es verdad? -la joven caminó hasta él y tiró de su mano. El castaño se quedó helado, miro a la chica y tragó saliva. La sensación de escalofríos se comenzaba a propagar por todo su cuerpo. Mario asintió sin ponerse de pie, buscó la mirada de Marco quién solo mantenía la visión hacia el suelo y con sus pies bailoteando inquietamente. -Bien, entonces tu serás el primero. -el chico se rehusaba a levantarse del sillón y con una mano se aferró al tapiz. 

-¿Mario? -lo llamó Mats y con un ligero movimiento le indicó que fuera con la morena. -Mientras nosotros podemos divertirnos con estas dos preciosuras. -dijo pasando su brazo por los hombros de la bella rubia.

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⏰ Última actualización: Oct 28, 2014 ⏰

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