En los pasadizos del hospital de Konoha se podía ver a un joven muchacho con un pañuelo en la cabeza caminando de manera tranquila mientras tarareaba una canción. La única forma que se sabía que era un chico fue por la voz ligeramente masculina que se sentía al escuchar su tarareo, ya que su rostro estaba totalmente tapado por un conjunto de hojas que parecían un informe.
Parando en seco al lado de una puerta, estiró su brazo hacia el cerrojo y la abrió lentamente. Entrando con tranquilidad se posicionó en frente de la cama que se encontraba en la habitación y paró de tararear lentamente.
– Buenos días... Tenten – dijo bajando a su vez el informe dejando a la vista su rostro
El muchacho era sumamente guapo, de piel clara y cabello castaño claro ya que sus patillas eran visibles por el pañuelo que estaba usando. Su vestimenta consistía en una bata de médico junto con el pañuelo y unas botas blancas altas. Pero lo que más llamaba la atención del muchacho eran sus ojos de color blanco, con un tono de color lila claro lo cual demostraba que poseía el famoso Dojutsu del Byakugan.
– Buenos días, Doctor – respondió con la voz temblorosa y un leve sonrojo al ver al guapo Hyuga
– No hay necesidad de tantas formalidades Tenten, ya me conoces de años – mencionó con una sonrisa haciendo que la pelinegra se sonrojara más
– Es lo que te mereces. Eres un médico reconocido a la edad de 12 años, Naruto – susurró para sí misma siendo escuchada por el castaño
– Sí, pero tú sabes que no soy mucho de formalidades, así que de ahora en adelante me puedes llamar por mi nombre ¿ok? – preguntó con una sonrisa radiante
– Esta bien – respondió de la misma forma
– Muy bien, entonces vuelve a echarte en la cama, voy a curar tus heridas y contusiones – mencionó activando su Byakugan mientras veía como Tenten se acomodaba
Luego de unos minutos, Naruto suspiró y se alejó de Tenten. Habían platicado sobre algunos temas sobre él y ella mientras la curaba, para que los dos no se aburrieran mientras era tratada Tenten.
– Terminé Tenten, ya puedes irte a tu casa – dijo con una sonrisa de lado – Trata de evitar exigirte tanto en tus entrenamientos no quiero que te lastimes otra vez
– Si, tendré más cuidado – respondió parándose de golpe de la cama y acercándose a la puerta de su habitación – Me tengo que ir rápido, me acabo de acordar que papá dejaría la tienda sola hoy
– Jajaja, está bien Tenten no te preocupes yo firmaré tu salida – mencionó recibiendo un abrazo de la chica la cual salió corriendo a gran velocidad
– Suerte hoy con tú graduación de la academia – gritó a la lejanía haciendo que Naruto solo sonriera
Soltando un leve suspiro, Naruto estaba mirando el reloj que se encontraba en la parte alta de la habitación. Tenía que retirarse en ese momento del hospital si es que quería llegar a tiempo para su graduación, por lo cual emprendió su camino a los vestidores.
Saliendo del hospital se podía ver a Naruto con una ropa más suelta y no presentaba el pañuelo dejando a la vista un cabello largo amarrado en una coleta alta. Ahora vestía una chaqueta blanca de mangas largas, unos pantalones negros y unas sandalias azules.
Sin perder más el tiempo comenzó su tranquilo recorrido hacia la academia. En el camino saludaba a las varias personas siendo respondido de la misma forma. Lo que le restaba de trayecto fue tranquilo llegando a su destino en cuestión de minutos.
Abriendo la puerta de su salón se dirigió a la parte central y se sentó de forma tranquila a la vez que sonaba el timbre de la academia. Luego que todo el salón se acomodara en sus respectivos asientos, apareció su profesor Chunin.