🍃Capitulo dos🍃

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Estaba sentada a la orilla del mar, miraba como las olas se movían con fuerza y hacian algo de espuma.

Estábamos bastante cerca del templo aire del sur, estábamos bastante cerca de mi hogar...

¿qué habrá pasado en estos cien años?

Seguramente mis amigos envejecieron, tal vez algunos ya no estén...

— ¿éstas bien? — di un pequeño brinco del susto, Sokka rió levemente pero su sonrisa se borró al ver mi rostro — ¿quieres contarme que pasa?

— sólo... Me siento algo triste — él se cruzó de piernas a mi lado y me miró atentamente — volveré a mi hogar pero todas las cosas que yo ama de seguro ya no están, mis amigos, mis maestros... Nuwa

— ¿Nuwa?

— mi bisonte, se quedó aquí el día que fui tras Aang, ella era bastante tierna... No sé si estoy preparada para ver lo que pasó estos ultimos años — Sequé mis lágrimas, tal vez ella pensó que la quise abandonar.

— no importa lo que nos espere en ese templo, estaré contigo... Tienes mi apoyo — yo me sonroje — a menos de que quieras matar una cucaraña, aun tengo traumas desde que una me atacó.

Reí levemente al imaginarme aquella escena.

Sokka.

El templo aire es fantástico pero eso importa poco comparado a mis ganas de comer algo.

_______ y Aang corrían por todos lados recordando sus momentos juntos en este lugar, me pareció bastante adorable la forma en la que ríe.

— ¡allá jugabamos balón aire! ¿lo recuerdas, _______ — ella asintió bastante desanimada.

— ¿ocurre algo? — preguntó Katara.

ella se paró cerca del borde del acantilado, su cabello corto ondeaba con el aire: — este lugar estaba lleno de lémures, bisontes y monjes... Ahora solo hay maleza. 

Aang y _______ parecieron deprimirse aun más, quisiera poder animarla...

— eso de balón aire...¿Cómo se juega? — pregunté con la esperanza de poder hacerlos sentir mejor.

Ambos me miraron con una sonrisa que por unos instantes me pareció aterradora.

Creo que esto no saldrá bien...

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Estaba en desventaja, dos maestros aire contra mi y yo jamás había jugado esto, ambos se veían tan inocentes antes de realizar sus ataques mortíferos y perfectamente sincronizados.

Ambos realizaron una serie de movimientos que me dejó confundido,  Aang lanzó el balón tan fuerte que me hizo pasar a través de la portería.

— ¡equipo aan______ 7, Sokka 0! — ambos chocaron sus puños y Se echaron a reir.

— hacerlos sentir bien sólo me trae dolor... — a un metro de mi se encontraba un casco de la nación del fuego, llamé a Katara.

Ella pensó que lo mejor era ocultarles que la nación del fuego estuvo aquí, a pesar de que yo estaba en desacuerdo en el momento que ____________ se acercó entré en pánico y oculté aquel casco.

— ¿sucede algo? — preguntó, yo negué repetidas veces.

— ¡__________ ven a ver esto! — gritó Aang, ________ salió corriendo en busca de Aang, yo suspire aliviado.

— Pensé que les dirías la verdad... — susurró Katara, yo me encogí de hombros y avancé rápidamente hasta alcanzar a ___________.

— ¿quién es él? — Aang y _________ hicieron una reverencia.

—el monje Gyatso, nuestro maestro — Contestó Aang.

_____________.

Me alejé de los chicos para ir a mi habitación, recogí una vieja mochila y metí algunos cambios de ropa.

Mi vista se posó en la ventana donde descansaba una flauta de bambú y un dibujo de Aang y yo hecho por mi, metí ambas cosas a mi mochila y salí a buscar a los chicos.

Volví a la estatua de Gyatso pero no encontré a los chicos, decidí esperarlos ahí mismo.Me senté a los pies de la estatua y saqué la flauta de bambú, comencé a tocar un poco, varios recuerdos vinieron a mi mente, algunos felices... Otros no tanto...

me pregunto que fue de Gyatso...

— ¡___________ un lémur! — gritó Aang al pasar por mi lado, yo sonreí y salí corriendo detrás de ellos.

Aang había entrado a una especie de tienda de acampar, yo entré detrás de él.

Sentí como si mi corazón se encogiera por unos momentos...

— Gyatso...— susurré, Aang me miró con los ojos cristalinos, yo iba a comenzar a llorar — Aang...

Los ojos y flechas de Aang se iluminaron, el espíritu del avatar debe de estar furioso...

— ¡Aang! — una ráfaga de viento me lanzó lejos, alguien alcanzó a tomarme del brazo y ponerme a salvo.

Sokka me cubría con sus brazos de forma protectora, Katara avanzó hacia Aang.

— Aang... Se que duele pero ahora nosotros somos tu familia, Sokka y yo... Aun tienes a _________ que para ti significa lo mismo que Sokka para mi... — el comenzó a descender, el viento disminuía.

— siempre me tendras a tu lado Aang ¿cuando a sido diferente? — Aang nos miró a todos, decidimos abrazarlo para mostrarle nuestro apoyo.  

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Como ya habia anochecido decidimos quedarnos en la misma playa cercana al templo aire.

Los chicos se preparaban para dormir... Yo caminaba por la orilla del mar, es una sensación tan agradable... Sentir la arena mojada, el agua...

— ¡un mounstro marino atrapó mi pierna! — grité sacando un pie del agua — falsa alarma, es solo una alga...

Si, estar aqui es tan relajante...

Subí al acantilado y me sente en la orilla, mis pies colgaban y mi corazón dolia demasiado. Toda esa pobre gente, no estuve alli para ayudar.

Gyatso debe estar decepcionado...

Con lagrimas en mis ojos comencé a hacer una fogata, cuando ya estaba lista comencé a tocar la flauta de bambú.

La pieza se llama "los enamorados de Omashu", yo sola aprendi a tocar y también descubrí que podia representar las historias detrás de las melodias con fuego y aire. 

Dos personitas bailaban cerca de mi,Oma y Shu. Yo los veía encantada...

— ¡eso es increible! — ambas personitas desaparecieron, yo me giré a mirar a Sokka — oh, lo siento... Yo...

— n-no importa... — algo acomodé un mechon de mi cabello detrás de mi oreja, Sokka se sentó a mi lado.

— ¿te sientes bien? — yo negué — ¿puedo hacer algo para ayudarte?

Yo fingí que pensaba, realmente Sokka no puede hacer nada por mi, pero no quería que él se sintiera mal por eso.

— puedes quedarte y escucharme tocar flauta...— volví a hacerla sonar, ambas personitas de fuego y aire volvieron y contaban su trágica historia.

Los ojos grises de Sokka miraban con atención mi espectáculo y yo lo miraba con atención a el.

Había algo en él que llamaba mi atención de varias formas que no sabria explicar.

Sokka me miró a mi, yo me sonroje... Debe pensar que soy una acosadora.

— ¿tengo algo en la cara? — preguntó, yo reí levemente — ¿si?



La maestra aire me ama... (Sokka y tu).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora