Miradas y encuentros.

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— Hey, Tiffany, tómame una foto.

La voz de Key suena demasiado alta a pesar de la música, e interrumpe su conversación con Yoona obligándolo a girar la cabeza y encontrarse con el castaño que ya estaba posando para la cámara. Al mismo tiempo encuentra la copa de vino blanco que antes era suya, pero que ahora estaba en las manos de él. Y sus labios dan un trago que pronto será inmortalizado en la imagen.

JongHyun sonríe porque no es una mala interrupción después de todo. Y porque KiBum se ve demasiado sexy para lo simple que es la situación. Es por lo mismo que deja de prestarle atención a la chica, aunque le haya cortado la charla a medio camino.

No le importa que la mesa esté llena de gente cuando le da una mirada más larga, casi con ganas de relamerse los labios. Ni tampoco la presencia de MinHo que, justo al otro lado, ya les estaba dando una mirada con su falso instinto de héroe.

Como si alguien pudiera salvarlos de algo que ya estaba hecho. A escondidas, pero hecho.

Encuentra, entonces, la mirada que sí quería encontrar: la de Key volteándose a verlo después de que Tiffany ya le envió la foto, y él ya no podía disimular el falso interés en su celular.

— ¿Qué?

— Nada... —JongHyun tiene un canturreo cuando lo dice, que hace sonreír a KiBum desde detrás de la copa; esta vez dando un trago por puro gusto.

— Oh, lo siento Jjong, esta copa era tuya.

El más bajo sabe que él ya lo sabía. Conoce el tono juguetón, y por ello le sigue el juego.

— Acompáñame a buscar más vino.

— ¿Llamo al camarero?

— No. Acompáñame.

JongHyun se apoya en sus manos cerradas cuando se lo dice, con los codos afirmados en la mesa, y la cara en su dirección. La voz en un tono que parece bajo para el bullicio de la fiesta. Pero cerca, muy cerca, para que le escuchara bien.

— ¿No quieres que te acompañe Yoona?

Los labios del moreno se elevan en una sonrisa cuando escucha el reclamo disfrazado. Y el castaño no le miraba cuando se lo decía, fingiendo un desinterés que realmente no sintió.

— Ya sabía que estabas celoso.

— No lo estoy.

— Acompáñame tú.

KiBum se resigna más pronto de lo que desearía, cuando JongHyun se levanta y en su camino se apoya justo en su muslo (muy necesariamente) antes de mover la silla y alejarse de ahí. La calidez de su mano perdura por varios instantes mientras él se hacía el difícil, fallando y levantándose solo un minuto después.

Pero le sigue porque quiere, porque en el fondo en realidad ganó. Y le regala una sonrisa a Yoona antes de marcharse, aunque la chica realmente no entendiera nada.

Una sonrisa que no era amistosa, sino, más bien, triunfante.



El choque de su espalda contra la pared del baño no le duele tanto como suena. En realidad le hace reír en su boca porque tal vez fue demasiado vino blanco.

JongHyun le sostiene la cintura con firmeza, emborrachándose de su boca con gusto a licor, y le copia la sonrisa aunque ni siquiera sepa de qué diablos se estaban riendo. Sus pulgares rozan la piel de KiBum bajo su playera, mientras los brazos de él le rodean los hombros sosteniéndolo más, mucho más cerca.

Sus labios chocan con los suyos en besos largos y en suspiros cortos, y KiBum le muerde de vez en cuando en sus ansias por tener más de él.

— Eres lindo cuando actúas arrogante —murmura el mayor, un par de minutos más tarde, respirando contra su oído. Los besos no se quieren acabar, pero sabe que tienen que detenerse ahora porque no pueden arriesgarse más en ese baño. —y cuando no soportas que no te mire.

Los dos sonríen aunque ninguno de los dos ve al otro. Y las manos de KiBum le recorren toda la espalda, mientras el más bajo con sus fuertes manos le da un último apretón en el trasero.

— Mejor no dejes de mirarme.

JongHyun se sumergió, entonces, en la curva de su cuello donde le besó.

— Como si fuera posible no hacerlo. 


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Señora, deje de hacer tantos OS y actualice Atardecer sobre tus hojas. 

Miradas y encuentros  [JongKey]Where stories live. Discover now