CAPÍTULO 6

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Pronto empezaría el verano, no había vuelto a toparme con Jake por el campus y agradecía internamente que aquello no sucediera, después de aquel día ahora sentía que si lo viera me pondría incluso más nerviosa y no del buen sentido.

Ana mi única mejor amiga había hecho un buen trabajo ocultándome de los lugares en donde posiblemente él podría estar, varias veces me había defendido de las burlas de Stacy y yo solo anhelaba por el fin de ese curso, ya no soportaba el esconderme, el maltrato verbal de Stacy y mucho menos el estar ahí fingiendo que me importaba el no hablarle, el no verle y que aquel acontecimiento no me afectaba cuando la realidad era la contraria, quería llorar todo el tiempo, había noches en las que me acostaba a dormir y entre las sábanas en la oscuridad de mi recámara leía los mensajes, aquellos mensajes que me alegraban las tardes, que contenían risas y bromas, el leerlos me hacían sonreír pero al mismo tiempo me hacían llorar a mares, mi madre había notado en varias ocasiones lo hinchado de mis ojos al despertar, trataba de cubrir las ojeras con maquillaje, me veía mal y a pesar de eso, tenía que ser fuerte, tenía que hacerlo porque si mostraba mi lado débil me aplastarían como gusano y ya comenzaba a cansarme de ese asunto, quería huir de la escuela, pero eso solo sería huir de mis problemas y mi madre me había dicho que huir de ellos nunca era una solución, debía afrontarlos si quería sentirme mejor conmigo misma, ella decía que si los afrontamos poco a poco estos van desapareciendo al grado de ya no afectarnos, esperaba que en realidad eso sucediera, ya estaba harta de todo y quería dejarlo ya.

–¿Estás bien? –escuché la voz de Ana, su mano estaba en mi hombro, la miré a ver, ella sonrió levemente.

–Sí, lo estoy.

–Te ves terrible. –exclamó mi amiga. Tenía razón esa mañana no me había puesto ni una gota de maquillaje por lo que suponía que ella había notado ya mis ojeras. –¿Haz llorado anoche verdad?

La miré a los ojos fijamente, ella me conocía muy bien, sabía cómo me sentía, su mano subía y bajaba por mi hombro dándome una leve caricia de apoyo y consolación, bajé la mirada y permití romperme ahí frente a ella, su rostro demostraba preocupación y el mío simplemente demostraba tristeza.

–Tranquila Jess, después de esta tarde todo se habrá acabado. No dejes que te afecte de esta manera, él no se merece tus lágrimas y lo que su novia diga tampoco debería importarte no es más que otra rubia cabeza hueca del mundo, no dejes que te hieran eres especial y muy valiente, sobre todo por el hecho de estar aquí sentada, sabiendo que, en algún momento ellos entraran, quizá tomados de la mano y Stacy presumiría que se irían a Montecarlo en un par de horas, pero sé que vas a quedarte aquí sentada, escuchando todo y sé también que tu gran corazón se va a romper de nuevo pero sabes, yo conozco a la Jessica del corazón de oro, esa a la que no le importa lo que le hagan, no importa cuántas veces rompan ese corazón, siempre, siempre se va a sanar y recuperar y ¿sabes por qué? Porque eres amable y bondadosa, debes permitirte ser feliz, ser fuerte, no solo por ti, sino por él, porque esto que estás pasando, no es más que un obstáculo para tu felicidad, permítete ser feliz, eres mi amiga y te quiero, no me gusta verte sufrir y tampoco me gusta que lo hagas por un muchacho que cree que su gran atractivo físico lo es todo, no lo merece y si paso lo que paso es una prueba grande de que él no te merece. Aún nos queda por crecer Jess, hay más oportunidades de encontrar a otro chico grandioso y atractivo y que te merezca. Yo lo sé. –mientras ella hablaba, mis lágrimas caían su mano simplemente seguía dándome esa caricia de consolación, ella me apoyaba y sus palabras lo decían todo, iba a ser fuerte por ella, debía escucharla al fin y al cabo ella alguna vez paso por lo mismo y estaba aún aquí, conmigo haciéndome sentir mejor. Un abrazo termino su discurso, un fraternal abrazo, el apoyo que mi alma necesitaba. Después de separarnos, limpie mis lágrimas con un pañuelo y de igual manera me limpie la nariz.

Te amo por siempre.  A veces el amor nos vuelve locos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora