Padre celestial, me inclino delante de ti en adoración y alabanza. Me cubro con la sangre del Señor Jesucristo para protegerme durante este tiempo de oración. Me rindo completamente y sin reservas a ti en cada área de mi vida. Me opongo a todas las actuaciones de Satanás que tengan por objetivo estorbarme durante este rato de oración, y me dirijo únicamente al Dios vivo y verdadero, rechazando cualquier participación del diablo en mi oración.
Satanás te ordeno, en el nombre del Señor Jesucristo, que te vayas de mi presencia con todos tus demonios, y pongo entre nosotros la sangre del Señor Jesucristo
Padre celestial, te adoro y te doy alabanza. Reconozco que eres digno de recibir la honra, la gloria y el loor. Renuevo mi lealtad a ti y pido que el bendito Espíritu Santo me capacite en este tiempo de oración. Padre, estoy agradecido de que me hayas amado desde toda la eternidad y hayas enviado a Jesucristo al mundo para que muriese como sustituto mío de modo que fuera redimido. Te agradezco que Jesús vino como mi representante, y que a través de El me has perdonado completamente, dado vida eterna, concedido su perfecta justicia y, por lo tanto, justificado. Me siento agradecido porque en El me has hecho completo, y porque te has ofrecido a mí para ser mi fuerza.
Padre celestial, ven ábreme los ojos a fin de que pueda ver cuán grande eres y lo completa que es tu provisión para este nuevo día. En el nombre que es sobre todo nombre Jesucristo ocupo mi lugar junto a El en los lugares celestiales, con todos los principados y las potestades bajo mis pies. Te agradezco que ha sido dada la victoria que el Señor Jesucristo obtuvo para mí en la cruz y en su resurrección, y que estoy sentado en los lugares celestiales con Cristo, por tanto declaro que todos los principados y potestades, y todos los espíritus perversos, están sujetos a mí en el nombre del Señor Jesucristo.
Estoy agradecido de la armadura que me has provisto para mí, y me pongo el cinto de la verdad, la coraza de la justicia, las sandalias de la paz y el yelmo de la salvación. Levanto el escudo de la fe contra todos los dardos de fuego del maligno, y tomo en mi mano la espada del Espíritu, la Palabra de Dios, a fin de utilizarla contra las fuerzas del mal en mi vida. Me pongo esa armadura, y vivo y oro en completa dependencia de ti, bendito Espíritu Santo.
Por la fe y dependiendo de ti, me despojo del viejo hombre/mujer y me afirmo en la victoria de la crucifixión, con la que el señor Jesucristo me limpió de la vieja naturaleza
Me afirmo en la victoria de la resurrección y la glorificación del hijo de Dios, donde todos los principados fueron sometidos a El, reclamo mi lugar en Cristo, donde soy victorioso/a sobre todos los enemigos de mi alma. Oro para que me llenes y alejes de mi todo ídolo...
Levanto el escudo de la fe ante los dardos de dudas de mi enemigo y cualquier insinuación contra tu palabra y sus obstáculos a mi vida...
Me entrego completamente a ti Señor como un sacrificio vivo
Hazme apto/a para la oración, ser agresivo/a en ella, pensar tus pensamientos,
Me niego a desalentarme, y oro con acciones de gracia
En el nombre que es sobre todo nombre Jesucristo.
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Oraciones para tu vida personal
SpiritualDistintos tipos de oraciones que pueden ayudar a tus procesos, tus tribulaciones. Son oraciones hechas por distintos siervos a nivel mundial, unas de liberación, otras de gratitud otras de guerra espiritual. Espero que sean de bendición para sus vid...