Isn't it lovely?

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NdA: si te gustan el InoTan y las historias cortas, espero que te guste esta <3 

Disclaimer: Kimetsu no Yaiba es de Koyoharu Gotōge. ¡Hemos cambiado de portada! Nathalia CR es la responsable <3 Tienes el Twitter de la autora de la imagen que he usado para la portada en la descripción y en el enlace externo.

La primera vez que Inosuke le había traído a Tanjirou un pájaro muerto para desayunar, el rostro de Zenitsu había adquirido una tonalidad grisácea e insalubre que parecía presagiar un desmayo inminente

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La primera vez que Inosuke le había traído a Tanjirou un pájaro muerto para desayunar, el rostro de Zenitsu había adquirido una tonalidad grisácea e insalubre que parecía presagiar un desmayo inminente.

—Creo que voy a vomitar —había farfullado, tapándose la boca con el dorso de la mano—. Chuntaro, no mires.

El gorrión se había encogido sobre sus diminutas patas de alambre, los ojos redondos y oscuros fijos en el cisne de Bewick al que Inosuke había dado caza después de una intensa persecución, y que en esos momentos yacía inerte a los pies de Tanjirou con el cuello flácido y el níveo plumaje erizado.

—No mires tú tampoco, Nezuko.

Desde su nido en la caja de cedro nubeniebla, apoyada contra un tronco ligeramente torcido, Nezuko había olfateado en dirección al ave con interés.

—¡No es para ti! —había gruñido Inosuke tras la máscara de jabalí, dejándose caer sobre el pasto del claro en el que habían acampado esa noche. Sin más ceremonias, había comenzado a desplumar al cisne—. Se nos están acabando las provisiones.

Hacía buen tiempo. Las gruesas y nudosas raíces que sobresalían de la hierba tierna estaban perladas de rocío, pero a pesar de ello hacía un calor empalagoso, de los que embrujaban los haori y hacían que la tela picase en la zona del cuello. Los framboyanos habían comenzado a perder las flores rojas, naranjas y lilas, y el verde brillante de su follaje languidecía y amarilleaba.

El verano estaba cerca.

—Es verdad —había coincidido Tanjirou, una vez superado el shock inicial. Dos días antes se habían enfrentado a unos demonios de río de cuyas garras habían salido airosos, salvo por un corte bastante feo que se había hecho en la pierna al resbalar sobre el musgo que cubría unas charcas poco profundas. Se había astillado la tibia y cojeaba al caminar. Podía moverse y cargar con Nezuko, pero se desplazaban con mayor lentitud que antes, y la aldea más próxima estaba a media semana de camino. Zenitsu se turnaba con él para cargar la caja, e Inosuke parecía estar haciendo un esfuerzo descomunal por no desafiarlos a los dos a una pelea—. Lo siento, Inosuke. Sé que preferirías que avanzásemos a otro ritmo. En cuanto demos con un médico me pondré bien enseguida.

—Más te vale.

A Tanjirou no le sorprendía que Inosuke cazara. Sabiendo cómo había sido su infancia, era lógico que supiera hacerlo. No obstante, aquella era la primera vez que lo veía volver con una pieza, porque desde que se conocían siempre habían subsistido a base de bolas de arroz, los menús de las posadas y lo que hubiese en la despensa de aquellos hogares en los que les acogían temporalmente.

Isn't it lovely? (InoTan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora