Capítulo 18

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—¡No puedo creer que lo hayas corrido! ¿Te has dado cuenta de lo que has hecho? ¡Es Kim Mingyu! ¡La persona que amas! ¿Acaso no lo ves? –exclamaba furioso Seungkwan, quien daba vueltas a la biblioteca con los brazos cruzados.– ¿Y luego que? ¿Dejaras que ese tal Seokmin tomé tu lugar en tu reino? –Wonwoo se encontraba leyendo un libro, lo cerró y lo dejó a un lado para poder descansar de los gritos de Seungkwan.– Tanto yo como tú sabemos que es el amor de tu vida.

—Para ya Seungkwan. –murmuró Wonwoo.

—No, no voy a parar, porque a pesar de que corriste a Mingyu, el amor de mi vida, aka Chwe Hansol se fue con él, y también la niña más preciosa que he conocido. –siguió levantando la voz Seungkwan.

—¡Tengo un motivo para haberlo corrido! ¿Si? ¿Ya me dejas en paz? Quiero leer a gusto. –replicó Wonwoo, quien suspiraba pesadamente.

—No entiendo que motivó tienes para volverte un cretino, sabías perfectamente que Mingyu te salvo dos veces y así le pagas. –rió Seungkwan.– Si tú no vas a buscarlos, yo sí. –Seungkwan dio una cara de decepción a Wonwoo, y salió de la habitación topandose con un joven de cabello rubio. Unos centímetros más grande que él, pero no hizo caso yéndose de ahí de todas formas.

Wonwoo estaba pensando seriamente que hacer, habían voces que le decían que olvidara todo y siguiera con su vida, al fin de todo, él siempre estuvo solo, y siempre seguirá estando solo. Las ganas de llorar le invadieron, pero talló sus ojos cuando escuchó la puerta abrirse. Levantó la vista para ver un chico pálido, más que él. Se sorprendió al verlo como si nada.

—Wonwoo. –la voz de Jihoon se escuchó suave. Por más que el Príncipe buscaba en su memoria quién era, le fallaba.– Es un gusto por fin conocerte.

—¿Quién... eres? –preguntó inseguro.

—Soy Lee Jihoon. –Wonwoo seguía sin saber quién era. Jihoon mantenía una cara relajada.– Parece que tu padre no te ha contado de mí, y bueno, no espero realmente que lo haga. –se encogió de hombros.

—¿Eres amigo directo del Rey? –Jihoon hizo una sonrisa, y negó moviendo ligeramente la cabeza.

—No lo soy, tampoco soy un empleado si es lo que piensas, pero sí soy alguien cercano al Rey, digamos, que muy cercano. –hizo una sonrisa.– Bueno, lo que sea, solo quiero decirte, que tú y yo estamos conectados.

—¿A qué te refieres? –Wonwoo frunció el ceño, estaba molesto porque parecía que el sujeto frente a él, le estaba jugando una broma.

—A nada en especial, solo tienes que observar ligeramente todas las piezas, y encajarían solas. –Jihoon observó el reloj que estaba en la biblioteca.– Ya es tarde, tengo que irme. –dio media vuelta para caminar a la puerta, y al tomar la perilla se detuvo.– Creo que deberías de hacerle caso al niño, y buscar a Mingyu, él es la respuesta que estás buscando, que tenías y la dejaste ir. –abrió la puerta y salió de ahí.

Ahora Wonwoo se encontraba más enojado, y confundido ante sus palabras. Odiaba que le dijeran que estaba equivocado, le molestaba que alguien sin poder decidiera sobre su vida. Se levantó tomando el libro nuevamente, salió de la biblioteca de camino a su habitación para encerrarse ahí. Quería buscar a Seungkwan y pedirle que no fuera, sin embargo, él tenía orgullo, y no sé retractaría por nada.

Mingyu se despertó, era de mañana muy temprano y el Sol apenas había salido, el clima estaba fresco como siempre, esa sensación que era la mejor manera de poder sentir tranquilidad. El cielo azul reflejaba un brillo especial, él solo pensó en estar en un castillo de nubes donde viviera él solo, donde la tranquilidad estaría para siempre, incluso creería que los problemas de su vida terminarían pronto, tenían tantos deseos de volar y ser libre de una manera especial.

El Príncipe Encantado - SEVENTEENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora