Harry Potter one shots

9-La Encantadora de Serpientes💚Tom Riddle

- ¡Ciara! – Chasquea Destiny sus dedos delante de mi cara como hace siempre que me pierdo en mis pensamientos – ¿Puedes escucharme cuando te hablo?
- Lo siento, es que estaba pensando en una cosa – Susurro bajando la mirada un poco avergonzada. No puedo dejar que nadie sepa que la serpiente más extraña y solitaria del mundo es quien me hace perderme en mis pensamientos.
- Algún día me tienes que decir quien es el chico que agita tu mente de esta manera – Susurra Destiny en mi oído, pues estamos en el Gran Comedor y los leones somos muy curiosos y cotillas.
- Algún día – Digo antes de desviar la mirada hacia la mesa de Slytherin, justo donde Tom está comiendo solo mientras escribe en un libro. Justo en ese momento levanta la mirada y me observa, haciendo que baje la mirada rápidamente totalmente sonrojada.
Destiny y yo nos levantamos un rato después y nos vamos hacia nuestra sala común, pero una serpiente se cruza en nuestro camino, como si nos estuviese siguiendo. Ambas nos miramos y después de pensarlo, seguimos nuestro camino seguidas por la extraña serpiente.
- ¿Esto no es raro? – Pregunta Destiny cuando llegamos a nuestra sala común y dejamos al extraño animal fuera.
- Pues un poco. Pero por lo menos no espero que nos volvamos a encontrar con esa serpiente – Digo encogiéndome de hombros. Pero lo que no me esperaba era que cada vez que salgo de la maldita sala común, la serpiente me sigue por todo el colegio, como si me estuviese vigilando.
Lleva casi un mes siguiéndome por los pasillos del colegio, y ya estoy siendo conocida por ser la chica que encanta a las serpientes. Un mote genial para una Gryffindor como yo.
- Chica serpiente – Me llama un chico a mi espalda, haciéndome levantar la cabeza del libro que estoy ojeando en la biblioteca – ¿Necesitas ayuda?
- ¿Tengo pinta de necesitar ayuda? – Pregunto enarcando una ceja y alejándome de este extraño Ravenclaw.
- Era una simple excusa para acercarme a ti y hablar contigo, soy Ryan – Se presenta con una sonrisa bastante linda. Pero la serpiente se acerca a Ryan y comienza a sisear de forma amenazante, haciendo que el Ravenclaw se aleje de mi poco a poco – Bueno, ya nos vemos.
Me despido de él con la mano y vuelvo a la mesa donde estaba haciendo la tarea de transformaciones. Al sentarme, el famoso Tom Riddle lo hace en el asiento de mi derecha y deja en la mesa el libro negro del cual nunca se separa.
- Deberías alejarte de los mugrientos sangre sucia – Dice sonriéndome de lado de forma "amigable". Vuelvo a dirigir mi mirada a mi pergamino y finjo que no he escuchado la estúpida expresión – Rogers, es de mala educación no responder cuando alguien te habla.
- También es de mala educación insultar de la forma que has hecho tú, y no te digo nada – Replico encogiéndome de hombros justo cuando la serpiente serpentea por la mesa hacia el brazo de Tom – No me digas que es tuya... ¡Tu serpiente me ha estado siguiendo todos los malditos días!
- Se llama Nagini – Dice simplemente, mirándome de lado, con una sonrisa enigmática – Sabes, tu eres una sangre pura muy hermosa, y creo que vas a tener un gran papel en mi plan.
Ruedo los ojos y me levanto para buscar otro libro, ignorando las palabras extrañas de Tom. Pero este me sigue a través de las estanterías hasta que agarra mi brazo con fuerza y me guía hacia la zona menos visitada de la biblioteca.
- Te lo voy a decir de otra manera, Rogers – Dice Tom con una voz bastante más intimidante – Tú ahora eres mía, estarás conmigo hasta que necesite que cumplas tu propósito en mi glorioso plan, ¿entendido?
- Estás loco, Riddle – Digo intentando soltarme de su agarre sin mucho éxito, justo cuando me besa con fiereza y dureza, mordiendo mi labio inferior con fuerza al finalizar el beso.
- No me obligues a hacerlo – Dice cuando deja una marca en mi cuello bastante visible – No querrás verme enfadado, ¿verdad?
- No – Susurro con un poco de miedo en la voz, cosa que parece agradarle a Tom, ya que vuelve a sonreír de forma amigable.
- Buena chica – Dice antes de irse, dejando la dichosa serpiente a mis pies, vigilándome hasta que "me necesite en su glorioso plan", y algo me dice que su estúpido diario tiene algo que ver.