"-Regrésame a mi niñez. Muéstrame a mí mismo sin escudo, como la llegada de mayo, yo estaré ahí. Cuando tú lo digas: El tiempo no pudo con nuestro amor."
La melodía era hermosa. No había palabras para describir cómo ella se sentía de escuchar a aquella mujer en el escenario. La historia trataba de un tiempo lejano, de un amor que se perdió por circunstancias ajenas a ellos, y aún así, la persona que le cantaba a su amado, le decía que aún con el tiempo lo seguía queriendo, que podían volver al lugar donde nadaban bajo la luz de la luna. Un amor que perdura en el tiempo. Eso sonaba hermoso por donde se mire, incluso que el tiempo no sea rival para algo como ese sentimiento, tan fuerte, tan real. Akira podría escuchar a esa mujer todo el día, la voz lírica la envolvía y su bebida combinaba de una manera excepcional. No cabía duda de que haber hecho esa parada fue lo mejor.
Su novio volvió con una sonrisa de oreja a oreja. Había solucionado el problema del auto. Y venía feliz a decirle que podían continuar con su viaje. Se sentó a su costado y veo a la joven que estaba en la tarima cantando. Podría ser su contemporánea a simple vista. Akira vio cómo su novio miraba a esa mujer maravillado, son los ojos clavados con ella, algo le molestaba. Apartó la mirada, no podía ser eso ¿o sí? Esperó que el chico se diera cuenta de su molestia, pero no fue así. Como si de una rabieta se tratase, la mujer tomó su bolso, dejó el dinero y se fue de ahí. Lo bonito que apreciaba el talento de esa chica se fue en nada al ver al pelirrojo absorto en aquella chica.
-¡hey! ¡Akira! ¡espera! –lo escuchó.
-¿qué? –le dijo en seco.
-eh... -"¿se molestó?¿hice algo?" pensó- eh... ¿estás bien?
-Sí, estoy bien.
-ah... -se rascó la cabeza- que bueno... -no sabía qué decir. En cierto modo, su novia daba algo de miedo cuando estaba molesta.
-Pero si quieres, te puedes quedar un poco más viendo el espectáculo. –le dijo.
-ah... ¿eso? No, no. Nada de eso. Solo... -la miró bien. Akira estaba con los brazos cruzados y con pie daba ligeros golpes al piso. Lo entendió en una y sonrió. Su Akira estaba celosa. Seven no dijo nada más. Solo se acercó a ella y la rodeó con sus brazos, pegándola a su cuerpo. Ella intentó zafarse, pero el Choi de manera tierna la abrazó. No lo iba a negar, estaba demasiado feliz por ese gesto de ella- Tú eres la más hermosa para mí.
-¿q-qué dices? Y-yo... -decía mientras arrugaba la camisa blanca de su novio- yo...
-Te amo. –le dijo al oído.
-Seven...
-Solo a ti. A nadie, ni ahora ni nunca. –la miró. Sus ojos se encontraron, ella no podía negarse a nada. Más bien, ella perdía en el momento que se dejaba envolver en esos ojos dorados, cuando se veía reflejados en ellos, la manera en que el Choi la miraba, solo a ella. Akira rozó los labios de él.
-¿a mí? –parecía una niña queriendo confirmarlo.
-Sí, solo a ti. –y la besó.
No hacía falta nada más. Sus labios, sus besos, sus gestos hablaban por ellos. Un beso como muchos que se dieron hasta ahora, pero cada uno era único, especial. Sentir el aroma del otro, el latir, la emoción, el amor en cada gesto de amor. Sí, eso era felicidad por completo, tan palpable. La joven lo miró y este sonrió. Seven la tomó de la mano y la llevó al estacionamiento, ahí los esperaba ese auto deportivo, ese rojo con el cual hicieron aquel viaje en un tiempo tan lejano. Cuando había tanto dolor y represión. Ahora el tiempo pasó y cambió. Ya no eran simples amigos que mantenían una distancia. Por el contrario, ahora era una pareja, dos personas que se amaban y veían en el otro la felicidad materializada, con nombre y apellido.
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UNA ORACIÓN
FanfictionV rechaza a Akira(MC) a pesar de entender que su amor era una obsesión y decide irse. Ella con su corazón roto, ¿podrá abrirse nuevamente a un amor inexperto y con un pasado oscuro?¿De verdad V nunca amó a Akira? ¿Qué pasa cuando la confianza se rom...