Victoria ¡Levántate!

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    ¡Levántate!, es la frase con la que se despierta Victoria todos los días, porque sí, todos los días se acuesta muy tarde revisando su teléfono y le cuesta mucho levantarse en la mañana, su mamá cree que es alguna de las etapas de la adolescencia, porque hace tiempo le prohibió utilizar el teléfono en la casa, porque hablar con la familia es muy importante, lo que la madre no sabe es que para Victoria es imposible dejar de estar conectada a su teléfono.


    Así, Victoria empieza su día,  se mira al espejo y tiene la cabellera más desordenada que de costumbre, el olor a café, que llega desde la cocina, le produce náuseas, voltea a su cama y mira el montón de snacks regados por todo el piso, en un intento por correr a recoger todo se resbala y tropieza torpemente contra el marco de la puerta del baño, solo queda un dolor intenso, se apura a arreglarse y tocan a su puerta y es su hermana mayor que repite con un agudo tono de voz: ¡Vamos a llegar tarde!, ¡Vamos a llegar tarde!, ¡tu siempre!, ¡tu siempre!, ¡todo es tu culpa!, ¡todo es tu culpa!. 


    Buenos días, dice mirando a la mamá que corre de un lado para otro en la cocina,  con su hermana menor, profundamente dormida, entre los brazos y una taza de café en una mano ya están listas para salir, aún no lo hacen porque la madre quiere dejar  la cocina impecable,  Victoria toma el desayuno y lo guarda en su morral y sin que la madre la vea busca un poco de agua para tomarse una pastilla para el dolor de cabeza. 


    La hermana mayor que espera en el auto mientras escucha música e intenta terminar de maquillarse, no deja de tocar la corneta y de gritar con un agudo tono de voz ¡Vamos a llegar tarde!, ¡Vamos a llegar tarde!.


    Logran salir de la casa y al montarse en el auto comienzan a caer unas pequeñas gotas de lluvia, la madre no hace el menor caso, Victoria piensa que no podrá mojarse el cabello, la hermana menor ni se entera al igual que la hermana mayor hace playback mientras tiene los ojos cerrados. El carro comienza a andar camino al instituto, mientras avanzan, también lo hacen las nubes negras que han decidido apoderarse del cielo y comienza a llover tan pero tan fuerte que la madre decide que es mejor aparcar un rato, Victoria agradece que la hermana no esta mirando porque ahora es ella quien quiere decir: ¡Vamos a llegar tarde!. La hermanita se despierta y le dan algo para jugar, Victoria no puede sacar su teléfono aunque sus dedos gritan que necesitan el teléfono en ese momento o morirán, por lo que finge leer un libro de historia, hasta quedarse finalmente dormida.


    















Besada por SantiagoWhere stories live. Discover now