23 - A kiss in relief

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Si había un género cinematográfico que le llamase la atención a Wei WuXian, era el terror, sin duda alguna. Le encantaban las películas de terror, sobre todo las de zombies. Cuanto más gore, mejor, y cuanto más explícitas, bestiales y con mayor cantidad de muertes por minuto, más se divertía él. No solía pasar miedo —todo lo contrario, dependiendo de lo poco realistas que fuesen, se reía—, así que las disfrutaba tanto viéndolas como contemplando las caras de pánico de las personas a su alrededor, de los locos que se atrevían a ver alguna película de esas características con él. Jiang Cheng juraba que nunca más volvería a ir al cine con su hermano y hasta Jiang YanLi le daba largas al respecto. Pero incluso aunque fuese así, tenía que admitir que entre los miles de subgéneros había uno que le perturbaba especialmente. Nunca lograría aguantarlo.

El cine de terror japonés.

Era invierno, un fin de semana de invierno. Lan Zhan y él estaban acurrucados en el sofá del piso del primero viendo Ju-On. Sí, Ju-On, ya sabes, la película de la cría que baja por unas escaleras haciendo el pino puente, la del niño diabólico que maúlla y la del gato en el microondas. Esa. Curiosamente, aquello ni siquiera había sido idea suya. Lan XiChen le recomendó a su hermano la película, y él se la había puesto sin decirle ni de qué iba ni qué iban a ver. A ver, que en realidad lo habían hecho con toda la buena intención del mundo, sí. Lan WangJi le había hablado a su hermano sobre los peculiares gustos cinematográficos de su novio. A raíz de eso, Lan Huan se había pasado un par de horas investigando sobre los clásicos del género y ahí encontró esa saga maldita con la que unos lloran del miedo y otros lloran de la risa. Le pareció una muy buena idea, así que no dudó en recomendársela a su hermano menor para cuando tuvieran una cita casera. Si había motivos ocultos tras su peculiar elección, eso solo lo sabía él.

Wei Ying no podía más. El cine japonés lo ponía de los nervios. Esas películas eran las únicas que lograban hacerle saltar de su asiento, y no le gustaban nada de nada. Estaba aferrado al brazo de su novio, clavándole las uñas en el tríceps y escondido bajo las mantas. Cada vez que el condenado Toshio-kun aparecía detrás de alguno de esos gilipollas que se atrevían a entrar en la puñetera casa encantada, sentía ganas de gritar. A su lado, Lan Zhan contemplaba alternativamente al de biomédica y a la pantalla, tan estático como siempre. No le daba miedo la película, la verdad, no le afectaba para nada, pero sí que le suscitaba cierta curiosidad morbosa. Las historias retorcidas que algunas personas eran capaces de crear escapaban a su comprensión, y no estaba muy seguro de si le fascinaba o le asqueaba. Esa era una parte del hilo de sus pensamientos. La otra parte estaba centrada en su novio. Le sorprendían bastante sus reacciones, la verdad, sobre todo después de verle reírse a pierna suelta con las apariciones del payaso maligno de It. Esa sí que le resultó perturbadora.

-Pensaba que no te daban miedo estas películas.

-Y no suelen pero... ay, ay, ay, que viene... los japoneses están mal de la cabe... ¡joder con el niño este!

De quién sabe dónde, el pequeño fantasma había aparecido en pantalla para asesinar a uno de los muchos personajes de la historia. De las historias. El hilo argumental era un poco confuso en ese aspecto, la verdad. Muchos saltos temporales... Lan Zhan prefería una narrativa más clásica. En fin. Al verlo de pronto, Wei WuXian gritó y escondió la cabeza tras el hombro de su novio.

-¿No te lo estás pasando bien?

-N-No demasiado. ¿Por qué no me podías traer una americana, Lan Zhan? ¡Esas son divertidas! ¡Ahí todos son tan tontos que las muertes casi son selección natural!

Lan WangJi frunció el ceño, no muy convencido. Quería pensar que esas palabras eran fruto del mal rato, pero era bastante probable que su querido compañero universitario pensase así de verdad.

-¿Eh? Ya no se oye nada. -Wei Ying dejó de esconderse, confuso. El piso había quedado prácticamente a oscuras, solo entraba luz por un ventanal al frente del salón. El de derecho tenía en la mano el mando a distancia de la televisión-. ¿La has quitado?

-No estabas disfrutando.

-¿Es siquiera legal que seas tan tierno? -Cuestionó Wei WuXian, esbozando una sonrisa que la oscuridad se encargó de hacer invisible-. Bueno, probablemente no, pero por eso te quiero.

Lan Zhan iba a fruncir el ceño, confuso por sus palabras, pero su pareja se lo impidió. Mucho más tranquilo con la televisión apagada —sí, eso que sentía era auténtico y genuino alivio— capturó en la oscuridad la boca ajena, besándole con intenciones encaminadas a pasar por momentos mucho más entretenidos. O lo intentó, por lo menos. Sin verse las caras, le costó tres intentos atinar en sus labios.

Kissing [WangXian] [Mo Dao Zu Shi fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora