La campana sonó, era el fin de las clases de ese día, ella, solitaria como siempre, se dirigía a la azotea de aquél colegio, para sentir el viento jugar con su cabello y cantar, cantar con todas sus fuerzas, haciendo un concierto donde ella era la única presente, la estrella de aquél momento. Unos dirán que canta porque está feliz, pero la verdad, es que canta para desahogarse, es su hermosa forma de huir de los problemas que la rodean.
Canta, canta, sigue cantando, esa voz que se pierde en el aire, que no llegará a nadie, sigue cantando, hasta que una lágrima se asoma por su ojo derecho. -No de nuevo...- Se dice ella, cansada ya de llorar como cobarde. Toma sus cosas, se limpia la insignificante lágrima y baja las escaleras a la salida del colegio, como si nada hubiese pasado. Se siente inútil, en una inmensa oscuridad, donde algunas manos amigas han querido rescatarla, pero ninguna la ha podido alcanzar.
Toma el camino con menos gente a su casa aunque eso le signifique demorar mas, no quiere ser vista por nadie, no quiere ver a nadie. Llega a su casa, abre la puerta
-Bienvenida, Erika, como estuvo la escuela?- Le dice su madre, inconsciente del peso que su hija lleva encima.
-Todo bien.- Le responde Erika con una sonrisa falsa, luego de eso se va a su habitación, para llorar tapando su cara con una almohada. Pero, por que sufre tanto?
Narra Erika:
Llego otra vez a mi cama, rendida, con ganas de llorar, ¿por que? se preguntará el mundo. Pues, todo va mal desde mi autoestima hasta el trato de mis compañeros en el colegio. Es como si todos me odiaran, se aprovechan de mi debilidad y me amenazan, para librarme de ellos tengo que darles dinero o hacer sus tareas. No se que hice, pero es así, todos me odian y el maldito colegio no hace nada. ¿Por que? Porque soy demasiado insignificante como para que deban arreglar el problema. Me siento sola, aún estando en una multitud, me siento sola, quiero dejar de respirar de una vez, pero no tengo el valor para hacerlo. Solo hay dos cosas que me mantienen en pie: Mi madre, aunque ella no sea consciente de nada y el canto, mi preciado canto.
-Salvenme...-Ruego entre llantos, pero se que nadie me oirá.
Sin nada mas que hacer, comienzo a cerrar mis ojos, hasta que caigo dormida. Soñé algo extraño, yo estaba en la oscuridad absoluta, cantando como siempre, parecía que mi garganta se iba a romper de las fuerzas que ocupaba al cantar. Luego, escuché el sonido de un piano, se ajustaba perfectamente a mi canto, iban de la mano. El sonido del piano se hacía mas fuerte, veo una luz, un punto blanco, del porte de como vemos las estrellas, así de pequeño. Corro hacia la pequeña esperanza que representa esa luz, pero antes que la alcance, ésta desaparece por un segundo y luego una explosión de luz toma lugar; la oscuridad en la que estaba se va y yo quedo en un espacio blanco, nunca dejé de cantar en todo el sueño, ví una silueta de alguien tocando el piano, era aquél piano que acompañaba perfectamente mi voz, voy a llegar....
-Erika, despierta, la cena está lista, vamos.- Me despierta la voz de mi madre, sacándome de ese confuso sueño. Había pasado durmiendo mas de la cuenta, ya era casi de noche, tenía hambre.
Ignoré el sueño, no tenía ganas de pensar, además no pienso darle mucha importancia. Solo fue un sueño ¿No?
Me senté en la mesa esperando la comida, comí con mi madre, entablando diversas conversaciones, mostrándole la sonrisa que espera ver. No quiero que sepa todo lo que me pasa, la pondría mal, y yo no podría vivir con eso, se que puedo soportar todo sola. Al terminar la cena, volví a mi habitación y me recosté en la cama, toqué un poco de guitarra e hice mis tareas para el día siguiente: matemáticas, historia. Cuando al fin terminé, estaba exausta, tomé un baño y luego dormí. Esta es la rutina de todos los días.
Desperté en la mañana con el sonido de mi despertador, miré alrededor de la habitación, luego a la ventana. Todo es tan... Monótono, que aburre. Me visto y desayuno, voy por mis cosas y camino hacia el colegio. La rutina va a empezar otra vez.
-Miren, llegó la mierda de la clase, buenos días Erika- Dijo Cynthia.
-Buenas...- Le respondo. Camino con mi cabello tapando mis ojos, voy hacia mi puesto, cuando Cynthia pone el pie en mi camino y me hace tropezar.
-Hey, espera, debes pagar para pasar por aquí, basura-
-Cynthia... Ya no tengo dinero, te lo di todo, por favor... déjame pasar...-Digo con una voz tímida y a la vez cansada.
-No, no, no me importa, tu me vas a pagar mi almuerzo con lo que me darás! Así que- Toma mi cabello fuertemente-Me vas a dar tu jodido di...-En ese momento, la campana para comenzar la clase sonó y el profeso se asomaba a la puerta.
-Te salvaste...-Dijo Cynthia, empujándome hacia mi puesto.
Este día, será una mierda, igual que los demás. Saco mi cuaderno, anoto la materia, hago las actividades, adelanto tareas. Así se pasa el día, llega la tarde, y como siempre voy a la azotea a cantar, salgo del colegio y me encontré con Cynthia y sus amigas
-Creíste que te ibas a salvar? Me debes algo-
-Ya te dije que no tengo dinero...-
-En ese caso...-Cynthia se acercó a mi y de un solo golpe me dejó en el suelo, inmediatamente se acercaron sus amigas y comenzaron a patearme, cada golpe se sentía mas fuerte que el anterior, yo solo lloraba y protegía mi cara, no quiero que mi madre vea moretones en mi cara.
-Pero que débil eres!-Dice Cynthia mientras ríe-Vámonos, no vale la pena-
Me dejaron en el suelo, llorando, adolorida y asustada. Me incorporé como pude y caminé hacia mi casa, ignorando el dolor, me limpié las lágrimas a pesar que estaba a punto de estallar en llanto, respiré hondo y me fui dando fuerzas todo el camino. Al llegar ya no podía mas. Abrí la puerta y pasé corriendo a mi habitación diciendo lo mas claro que pude -Hoy no cenaré-
Wooola, nueva historia! Espero que les guste, el próximo capitulo hablará del pianista 7u7. Sobre la historia "Nel" tranquilos, no la he dejado así sin mas, es que, estoy falta de inspiración, tiempo y felicidad. La voy a continuar cuando pueda!
Atte: Cata.
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Pianista y Cantante
RomanceEsta es la historia de Erika, cuya voz es hermosa, pero tiene problemas de autoestima y sus compañeros de clase se aprovechan de su debilidad. Ella no quiere que su madre se entere de los maltratos que sufre, por lo que se aferra fuermetente al cant...