Begin.

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¡Hola! Bueno, he cambiado algunas cosas aquí así que si alguien lo lee de nuevo, espero que sea de su agrado y si alguna persona lo está leyendo recientemente, yo creo que ahora el OS de WhatsApp y Text está mejor, jaja. ¡Gracias! xx


Un final memorable.


—Harry, tienes que moverte más rápido—Giselle masculló ineludiblemente, sus frágiles brazos—cubiertos por una franela que no conseguía protegerla de la aura brisa gélida—, no podían mantener el equilibrio que deberían para soportar el peso inapropiado de las cajas inmemoriales.

Aquella castaña se encontraba en un estado aturdido y mantenía la cordura cargando de un hilo. Ella no quería encaminarse con premura hacia las escaleras del edificio. Giselle permanecía con el paso incordio y alcanzaba la espalda de Harry por tropezones, en un zigzagueo mal asegurado. De vez en cuando, vigilaba por sus lados para observar el solitario pasillo y se quejaba formando insultos sin lógica. Giselle aguardaba por entrar a su apartamento, se veía casi desesperada y sus piernas temblaban en un intento por no caerse de un lado. Ella ni siquiera podía refugiar sus pálidas manos en aquel irritante abrigo que había elegido para la desastroza, pero alucinante, ocasión. El pensamiento prematuro acerca de ella formando una familia años después le era tentador, pero no podía permitirse saltar por aquello, así que se crecioró que las fantasías se cerraran por completo en su cabeza.

Por el rabillo del ojo, pudo contemplar unas habitaciones relucientes, las puertas siendo alumbradas por la tenue luz del sol centelleando desde los ventanales, atravesando el cristal como cuchillas afiladas. De repente, tuvo la sensación de que anhelaba quedarse allí durante largos y duros años de fregar ropa sedosa mientras que esperaba a la noche para poder sentarse a un lado junto a sus hijos, y empezar a contarles un cuento fantástico acerca de cómo puedes obtenerlo todo si te empeñas. Fue consciente de que aquellos pensamientos jamás se mantendrían al margen de su vida y sacudió la cabeza con frenesí, como si de esa forma pudiera desechar lo que embaucó a su mente.

Las maletas eran pesadas, una clase de carga que te llevaba hacia abajo de un solo tirón y tendría el efecto en tu cuerpo de que deseabas descansar décadas arremetida contra el sucio piso. Imaginó que se quedaría junto a Harry para toda la vida, hasta ancianos y hacer que su relación sea duradera por primera vez. Y súbitamente en su reflexión, pudo sentir la impresión del vahído engendrándole una ingeniosa emboscada. Ella necesitaba quedarse al lado de Harry, pero tenía un pequeño susto hacia las relaciones perfectas que temía un romance aburrido o que el viento distanciado se lo llevase a medida de que se convertían en profesionales eventuales.

Giselle sabía con certeza que le amaba, pero el pudor que sentía de hacer algún acto mal como para que aquel pequeño hogar de amor en sus corazones se derrumbara, a veces le ganaba el firme batallón. Él era como un crío esperando por un tren rojizo mezclado con un color grisáceo apegado al plástico, y entonces cuando obtenía el objeto, sonreía verdaderamente, mostrando sus dientes marfil que deslumbraban a cualquier persona con sentido de la razón. Pero había un problema que Giselle trataba de reducir y dejar que marque su alma; la sonrisa de Harry robaba el sentido de su razón y, al parecer, la acción jamás se detendría.

Por otro lado, Harry quería echar las cajas de un raudo movimiento directo al piso con el único objetivo de besar la boca de Giselle. Pero él creía que los abrazos entre ellos eran una de las mejores acciones que podrían conllevar. Sus brazos apretando con gentileza a Giselle, sintiendo los latientes corazones del otro y a ella apretujando su mejilla contra su pecho vestido por un abrigo azulado. ¿Él realmente estaba enamorado o había algo más fuerte que el amor?, porque si la había, se convencía a sí mismo que él sentía aquel extraño sentimiento. Con perderla, sentía ahogándose en una profunda agonía y esperaba, con angustia, que ella no volviera a romper con todo lo que les había costado formar. Él a veces solía pensar que el símbolo de su relación era un nadador sin piernas, pero por alguna anómala razón, el atleta podía nadar hacia la felicidad que era lograr su desbocada meta.

Begin. OS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora