Capítulo N° 15: Rizos & Barbra Streisand.

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Cerré los ojos, la verdad no quería ir a la escuela.

Sé que es lunes, y sé que Jade me espera... ese es por qué quiero y no quiero ir hoy.

Quiero: porque veré a Jade.

No quiero: porque tengo miedo de como reaccione.

Lo admito, tengo miedo. Al principio era solo querer a Jade por ser agradecido ser su amigo, ahora, no sé qué mierda quiero.

Subo el volumen, están dando un programa de radio, hablan sobre el azúcar en los adolescentes... chatee con Jade anoche, fue hasta muy tarde.

Hablamos sobre cosas estúpidas, cosas simple que nos gustan a Jade le gustan los aviones y Frank Sinatra. Las estrellas en la negra oscuridad y el frío.

Me levanto de la cama, a la mierda, ya estoy listo y no me voy a hacer el pendejo y decirle que no puedo llevarla a solo minutos de salir.

Recojo mi mochila del piso junto a mi puerta, voy a la cocina a despedirme de mi mamá, no me quejo de mi familia, digo solo cuando mi papá se cabrea y comienza a gritar como perro en fuego.

Miro a mi madre por unos segundos, se ve cansada como si de ayer a hoy los años le hubieran caído. La abrazo desprevenida.

-¿Qué ocurre, cielo?

-nada, solo te amo.-le digo.

-no tengo dinero, saca tu escuálido trasero de la casa, y muévelo a la escuela.

Ruedo los ojos, ¿Por qué mierda los padres creen que cada muestra de cariño es que queremos dinero?

-¡oh!, ¿así?-digo y comienzo a menear mi trasero a su costado de una manera exagerada y graciosa, ella me empuja y golpea mi trasero.

-¿así conquistas chicas?, -levanta una ceja.- con razón no tienes novia.

-¡ouch!, eso dolió mamá.-digo sobándome el pecho como si mi corazón doliera. Ella me sonríe, y sé con eso que me ama, no lo dice seguido, no es una madre empalagosa, pero lo sé.- me largo, madre.

-vete, necesitamos que seas el futuro del país.

-el futuro del país está en buenas manos.-le guiño y ella me tira una manzana.

-a la mierda, ¿está en tus manos?, nos jodimos.

-¡hey!

-ya ve por Jade, salúdamela.

El loco y poco manejable cabello de Jade hacia presencia hoy, ella cerraba la puerta de su casa y yo salí del auto solo para abrirle la puerta, preguntándome... ¿Cómo será pasar mis dedos por su cabello?, ¿olvidaría mis preocupaciones con solo el hecho?

Nunca me había interesado tanto tocar el cabello de alguien, no me gusta que toquen el mío, así que no lo hago.

Abro la puerta para ella, y me sonríe.

-buen día, Tyler.

-Buenos Días, Jade.

Rodeo el auto y me subo a mi lugar, la miro entretenido con como acomoda sus resortes llamados rizos detrás de sus orejas y tira su mochila al asiento trasero. Parece como si hubiéramos hecho esto siempre.

-¿Qué?- dice cuando nota que le soy un espectador, soy un idiota, que la mira como idiota, porque en realidad no sabe que le sucede por dentro.

-¿Por qué siempre soy Tyler, y nunca Ty?

Ella reflexiona la pregunta con la mano rosando su sien, luego suspira.

-supongo que no me gusta llamarte como todos lo hacen.

Mi Chica SolitariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora