Capitulo I: ¿Usted lee Mr Darcy?

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Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa.

Sin embargo, poco se sabe de los sentimientos u opiniones de un hombre de tales condiciones cuando entra a formar parte de un vecindario. O simplemente cuando llega a edad casadera. Como mi caso.

-Mi amado esposo-dijo un día mi madre durante el almuerzo- ¿sabía usted que Lord Bennet y su familia han regresado al fin a Inglaterra?

Mire de reojo a mi padre y vi como este sonreía de lado.

-Creo que a estas alturas querida, todo Inglaterra esta enterado... Tienen varios hijos, tres varones y tres doncellas. Todos en edad casadera -Me miro- Fitzwilliam, creo que seria conveniente que establezcas una amistad con alguno de los hijos mayores, deben de tener mas o menos tu edad.

No pude evitar soltar un suspiro cansado.

-Espero que ese sea realmente tu mensaje, padre, y no intente ninguno de ustedes emparejarme con alguna de las señoritas Bennet. Estoy perfectamente bien solo- Mis padres se miraron entre si antes de sonreír-

-Querido, tu padre y yo estamos seguros de que opinas eso solo porque aún eres muy joven para pensar en matrimonio... mas sin embargo, si llegas a interesarte realmente en alguna joven casadera, no habría ningún problema. Siempre y cuando la joven sea respetable -mi madre me sonríe con amor antes de seguir bebiendo té y yo le respondo con una pequeña sonrisa, ¿como negarle algo a ella, que es la mujer mas buena en el mundo?

-Esta bien madre, no me cerrare a la idea -seguimos el almuerzo con calma, conversando de cosas sin mucha relevancia pero pasando un almuerzo muy agradable para todos, mi padre se retira para ir con los administradores. Como es temporada de vacaciones y recién acabo de llegar, mi padre no insiste en que lo acompañe, decido ir a la biblioteca principal y mando a que alisten el carruaje. No me gusta estar en Londres, extraño Pemberley casi todo el año y ahora no podemos regresar ya que mi madre espera la oportunidad de que podamos ser presentados a Lord Bennet y su familia. Despido al cochero por un rato para andar solo. El viejo bibliotecario me mira y sonríe algo nervioso.

-Señorito Darcy... ha regresado, ¡que alegría! -estrechamos con entusiasmo las manos.

-Si, llegue ayer por la tarde, no se ve muy feliz de verme, ¿algún inconveniente?

-No, es que hay un grupo de jóvenes todos ellos hermanos... que me han hecho muchas preguntas, y a pesar de mis bastos conocimientos de literatura y otras áreas... temo haber quedado como un idiota frente a ellos y por eso estoy así de nervioso -le miro incrédulo, no puedo creer que unos jóvenes le hayan humillado- lo peor de todo es que... la principal causante de todo esto es una señorita... si yo fuera mas joven no dudaría  en casarme con ella, ah, pero mire, es la señorita de vestido azul acompañada de uno de sus hermanos -miro a donde hacia el pasillo que el señalo y por un momento contengo la respiración... entendí a que se refería Mr. Johnson. La joven mas hermosa del mundo estaba justo aquí en esta biblioteca con la mas bella sonrisa, su cabello recogido dejo escapar un mechón de cabello oscuro rizado dándole un toque rebelde, sus labios... su silueta... ese andar suyo tan elegante pero relajado, ese vestido que tanto le favorecía... sus mejillas con unos hoyuelos. Nunca me han llamado la atención las mujeres con hoyuelos, pero ella... tiene un algo diferente. Emana confianza, seguridad, clase, pero aun así, rebeldía, independencia y amabilidad. ¿Sera así realmente? Pero lo mejor son sus ojos... jamás en mi vida he visto unos ojos como aquellos.

-Mr Johnson, ¿podrá usted presentarnos? -le pregunto rápidamente al ver que se acerca y sola ya que su hermano entro a otro pasillo-

- Sera un honor. Ya sabia yo que esta seria la clase de joven que le gustaría... pero andese con cuidado... ella es una joven... muy especial -me dice dando a entender que hay algo mal con ella, pero, ¿Cómo puede un ángel tener algo malo?- Miss Elizabeth Bennet, ¿encontró usted algo de su agrado?

Me quedo sin saber que decir. Inglaterra no es tan chico. No hay forma alguna de que de entre todos los lugares, me haya topado con la hija de Lord Bennet justo ahora. No tiene ni dos horas que acabamos de hablar de esa familia.

-Mucho temo, Mr. Johnson, que no. Algunas de nuestras pertenencias aún no llegan, entre ellas algunos libros, pero me temo que ninguno de los que preciso se encuentran aquí -su voz era melodiosa pero demandante.

-Disculpe mi interrupción Miss... sin querer he escuchado su conversación, ¿me seria posible saber que busca? tal vez yo podría ayudar  -intervine sin poder evitarlo.

Mr. Johnson realizo oportunamente en ese momento las presentaciones y galantemente bese su mano, aunque lamentando que un guante cubriera su mano.

-Bien, Mr William Darcy -mi nombre no completo (pues es Fitzwilliam) en sus labios se me antojo delicioso- el libro que busco es  孙子兵法 -me quede helado, ¿Qué se supone que dijo?

-Disculpe Miss Elizabeth... no escuche lo que dijo -puse mi mejor cara para que se apiadara de mi aunque sentí mi rostro caliente por la vergüenza.

-Acaso, ¿Usted lee Mr Darcy? Veo que ninguno de ustedes, caballeros, conocen el titulo original. Hablo de El Arte de la Guerra, pero veo que ninguno de ustedes conoce el libro sobre tácticas y estrategias militares, escrito por  Sun Tzu, el mas famoso militar japonés. 

Mr Johnson y yo nos sonrojamos furiosamente mientras la escuchamos hablar de los 13 capítulos de ese libro y su importancia para Oriente. Donde ella ha vivido un tiempo. 

-Miss Elizabeth, no considere que somos ignorantes, claro que conocemos sobre Japón como todo buen hombre cultivado en distintas ramas del saber, solo que nos tomo por sorpresa, pocas personas poseen un amplio conocimientos sobre estos temas, pero se nota que esta usted muy bien informada -interrumpo cortesmente su discurso y le sonrió con disculpa, ella solo nos miro y se echo a reír, su hermano y otros tres caballeros y dos damas salen de distintos pasillos y se reúnen con ella, se despiden cortesmente y se llevan a Miss Elizabeth, ella regresa a paso apurado y nos ve con una sonrisa traviesa.

-Sepan, caballeros, que  Sun Tzu, es chino. Era una prueba, y fallaron estrepitosamente -se va y yo me quedo sin saber que decir y miro a otro lado para ocultar mi vergüenza.

Pero ahora se algo.

Miss Elizabeth Bennet algún día será Mrs. Elizabeth Darcy. Señora de Pemberly.

Mi esposa.

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