La última huella

I

      Sentí una cálida palma en mi cara...  Una ardiente ráfaga de sol...  Al abrir mis ojos solo se detuvo mi corazón... Me encontraba en un lugar árido,  ni una sola gota de agua alrededor. Tampoco encontraba el 'quien soy yo' o como llegué hasta acá, pero una luz de esperanza llegó a mi alma,  no estaba sola.  Habían dos personas más, un hombre, alto, pelo negro,  ojos miel... Y una mujer,  con el pelo castaño,  ojos cafés y una piel morena. La mujer tenía su mano en mi cara,  y preocupada me ofreció un sorbo de agua. No me tomó mucho tiempo en darme cuenta de que ellos,  al igual que yo,  no sabían como habían terminado  allí. No sabíamos  nuestros nombres, no teníamos  ningún  acceso a Internet, e igualmente no hubiéramos podido comunicarnos con nadie,  todos nuestros electrónicos se encontraban dañados.

     Rápidamente cayó la noche, mis piernas... mis brazos... mi cuerpo... temblaban... hacía un frío increíble, no duramos mucho para realizar algo que mantuviera nuestro corazón latiendo. En un principio fue difícil, pensamos en realizar una fogata pero no encontramos ni una sola rama... encontramos un zorro... 

Hombre__Podemos utilizarlo como abrigo

No compartíamos muchas palabras, de hecho,  esas fueron unas de las únicas que pronunciaron sus labios... era completamente entendible  todos estamos tan confundidos  no sabíamos quiénes éramos... con quienes estábamos... o como habíamos llegado ahí. pero se dice que tanto la mujer como el hombre tienen esos instintos de supervivencia que los llevan a hacer hasta las cosas más psicópatas en un momento de riesgo.

Sentí un impulso dentro de mí...y aunque no recordara nada de mi pasado, estaba completamente segura que nunca lo había experimentado. Antes de darme cuenta mis dedos apretaban una piedra, se escuchó un chillido y en los próximos minutos nos encontrábamos los tres envueltos con la piel de aquel zorro. No logré dormir... eran tantas ideas, todas tan complicadas para un cerebro humano... Pero al menos no pasamos frío.