EL ARTE DE AMARTE (CACHÉ)

Mujer de mi vida

POV Calle

Había llegado el gran día, el día que daría inicio a mi regreso en el mundo del golf oficialmente.

Me sentía nerviosa, nerviosa como todas las veces que competía.

Tenía los conocimientos, la práctica y me había preparado bastante bien para superar esto, pero siempre era inevitable no sentirme de esta forma.

Poché me había despertado esta mañana con un delicioso desayuno en la cama, nada mejor que fruta llena de azúcar, leche de almendras y un par de huevos revueltos para ambas.

─Todo estuvo delicioso amor, gracias.─dije limpiándome los labios con la servilleta.

─Me hubiera gustado cocinarlo yo misma pero no quería provocar un incendio en la cocina del restaurante de abajo.─bromeó acariciando mi cabello terriblemente despeinado como cada mañana.─Te mereces lo mejor del mundo bebé.─

─Tu eres lo mejor del mundo, ¿Lo sabias?─respondí quitando un mechón de cabello que caía en medio de su rostro.

Terminamos el desayuno y decidí tomar una ducha, Poché había salido rumbo a su habitación, seguramente ella haría lo mismo que yo.

Moría por tomar duchas con ella, con verla frente a mí sin ningún tipo de tela impidiendo que admirara su pequeño y lindo cuerpo pero tenía que respetarla.

No acelerar las cosas y sobre todo brindarle toda la confianza posible.

Era bastante temprano, ya casi daban las nueve de la mañana, el torneo comenzaría a las diez en punto por lo que debíamos salir a más tardar en...Cinco minutos.

Coloqué la gorra sobre mi cabeza como último detalle, me miré una última vez al espejo luciendo ese traje especial rosado que había comprado justo para este día y finalmente salí de mi habitación ya con la maleta lista sobre mis hombros.

─Linda, linda.─la llamé tocando a su puerta. Intenté girar la perilla de esta pero estaba cerrada con seguro.─Ya es tarde y papá no ha dejado de molestarme desde hace cinco minutos. ¿Te falta mucho?─pregunté dudando si todavía no terminaba de cambiarse.

─Ehhh...No, ya salgo.─contestó dudosa.─Te veo abajo, ¿sí?─

─Okey...─respondí no muy segura.─Como tú digas...─decidí no molestarla más.

Esa chica era muy misteriosa.

Bajé por el elevador, presioné la planta baja y cuando llegué a mi destino, papá ya estaba bien vestido, mi hermana estaba con una de sus amigas de la infancia que sinceramente no recordaba su nombre y Lalo estaba haciendo una llamada alejado de todos nosotros.

Me quedé observando la decoración de plantas del lugar y afortunadamente no tardó mucho en aparecer la chica que venía conmigo, pronto la vi salir del elevador luciendo su conjunto deportivo color rojo, haciendo resaltar mucho más su cabello con ese contraste de colores.

─Hola, ¿Por qué tardaste tanto?─pregunté intrigada tomándola del brazo.

─Lo que pasa es que no encontraba una cosita pero ya lo arregle.─contestó tierna apretando los labios.

─¿Qué cosa?─insistí frunciendo el ceño.

─¿Por qué eres tan preguntona?─desvió la pregunta sonriendo bobamente, miró su reloj de mano y abrió la boca.─Debemos irnos, el trofeo te llama.─seguramente ya era bastante tarde.

Decidí no seguir con mis preguntas y mejor concentrarme en lo que debía en estos momentos, llegamos pasando la media hora al inmenso campo de golf, era un campo completamente nuevo para mí, nunca antes había estado aquí pero no parecía ser muy diferente al resto de campos.